Las mejores alquimias, se sabe, no son cuando simplemente se tiran los ingredientes a la olla hirviendo como hacen las brujas de los cuentos, ni cuando se hace por casualidad o desgracia como Mickey en Fantasía (1940), aquél delirio de Walt Disney que hoy sigue resultando novedoso justamente por prescindir de una tendencia en beneficio de inventar. Más que tirar a la olla tirarse a la pileta, lo cual no es a lo que salga sino la audacia de la convicción. Convicción de que la mezcla aporta en partes iguales que van sumando desde cada unidad.
Un poco eso sucede con Mi Primo Fosforescente que desde sus orígenes de desprejuiciada banda punk de dos primos –bajo otro nombre- fueron sumando en 2011 al colectivo por azar, amistad y disponibilidad distintos músicos sin el previo cálculo de un esquema musical específico a abordar y en un rango de edad entre los 16 y los 27 años. Tal factor (la alquimia) fue desde el vamos entonces el más importante para que cada tema tenga un sello y un sonido distinto a través del primer disco grabado en la natal Marcos Juárez (más precisamente en la casa de Ignacio Berri, quien luego se sumó a la banda) y el segundo, Sueños de fauno, que contiene el festivo e irresistible “Arándanos”. Algunos reacomodamientos en la formación, tocar donde fuera posible, para lo cual en el interior del interior hay que moverse y mucho, las limitantes tecnológicas a superar y la frescura que no se llevara mal con una buena cantidad de ensayos hicieron que Mi Primo Fosforescente fuera una leyenda doméstica hasta que en 2014 vuelven al pueblo con el épico triunfo en el concurso Rockea BA. Allí la sorpresa fue para propios –los megaconcursos con gran presupuesto suelen ser para aprovechar como oportunidad pero desconfiando de los manejes, lo cual generó mayor legitimidad a este resultado- y para extraños, tanto el público como para el jurado que incluía a Walas, Charly Alberti y el legendario Jimmy Rip, músico y productor norteamericano radicado en Buenos Aires desde hace un tiempo.
Lo invisible (2015), el tercer álbum de la banda, logra capturar la magia de la banda dejando precisamente…que la destapen. La sorprendente cantidad de recitales que vinieron como premio e incentivo además de la grabación de un disco y en un ámbito superlativo de producción permitieron que una banda sin mayores expectativas que las de tocar en la región se afirme y entre a estudios más afinada y afiatada que nunca. Así son las cosas en el interior: un jugador de fútbol solamente necesita un potrero y hacerse un viaje y una cuota de suerte y caradurez, pero para un músico hace falta mucho más para poder demostrar el potencial. Este nuevo disco lo demuestra con creces como broche de oro a un año de ensueño para Mi Primo Fosforescente.
Así como los temas de “Lo invisible” se presentan casi como una etiqueta, con una palabra cada uno, se distinguen entre sí desde el inicial “Ellos” utilizando el reggae como base disparadora para distintos climas y fuera de toda rutina, cambiando al toque hacia el enérgico “Lobo cantor” que en vivo suele ser de los momentos cumbres. Pero también aquella química permite que en casi todas las doce canciones convivan la melodía atrapante con la complejidad de la composición, las influencias musicales con la creatividad casera: como solía hacer Elvis Costello desde que combinó el punk con la armonía, el pop y el beat con los Attractions, hacer temas que acompañen la oreja y que no tengan vencimiento a la segunda o tercer pasada.
No suele ser frecuente, ni tampoco que los instrumentos y los músicos estén al servicio del grupo: Nico (voz/guitarra), Nacho (guitarra), Igna (guitarra), Caco (batería), Matías (bajo) son todos muy buenos en los suyos pero tanto en lo que Rip “leyó” para ensamblar un disco muy parejo como en los recitales aportan energía pero prescinden del virtuosismo en beneficio del clima y encima sin caer en la tentación de engolosinarse con ese clima y caer en la repetición. Otra virtud del rock bien entendido que suele ser infrecuente y que al trasladarse de casa al primer disco “grande” es mérito de la confluencia entre ellos y la producción de Rip y Alvaro Villagra (ingeniero): de boca de los muchachos de MPF se pudo escuchar que el gran placer de la grabación fue encontrarse con un tipo que produjo a Jagger o a la leyenda Jerry Lee Lewis y que simplemente se siente a escuchar y dar consejos simples sin tratar de incidir en el proceso creativo y ejecutivo de los músicos.
Hoy, viernes 25 de septiembre, hacen su lanzamiento oficial en Samsung Studio (pje 5 de julio 444, San Telmo) a las 19hs. La entrada es gratuita, solo hay que anotarse en la lista enviando nombre y apellido a [email protected] o bien retirar la entrada en La Trastienda. El 4 de octubre en el marco de la final del Rockea Ba, en el Luna Park, también se estarán presentando junto a muchisimas otras bandas, también gratuito.