El grupo que venimos a conocer hoy procede directamente del mundo de esas voces melódicas y calmadas, de las guitarras ondulantes y de las percusiones aletargadas, en definitiva, de esa nueva escena conocida como “blue wave” o rock alternativo con pinceladas psicodélicas. Estos son Peach Pit.
El grupo original de Vancouver (Canadá) formado por Peter Wilton (voz y guitarra), Chris Vanderkooy (guitarra), Mikey Pascuzzi (batería) y Neil Smithcuya (bajo) y cuya actividad musical se remonta al cercano 2016, ha conseguido en estos dos cortos años de actividad, con sus dos trabajos de estudio, hacerse con un nombre y un hueco bastante sólido en esta corriente musical alternativa.
Aunque encasillados en el blue wave, o rock con pinceladas, ya que reúnen muchas de las características de este género, Peach Pit logran algunos matices importantes con los que son capaces de diferenciarse del resto de artistas de esta escena, que todo hay que decirlo, tienden a tener un sonido muy similar.
Los sonidos de sus guitarras son un poco más acelerados que de costumbre, con riffs y punteos que recuerdan más a un indie rock hecho por Two Doors Cinema Club, The Kooks o los mismísimos Phoenix, en algunas canciones.
Otro de sus grandes fuertes y rumores que circulan por ahí entre sus seguidores, es que los directos de estos chicos son una auténtica fiesta salvaje cargada de energía, a pesar de hacer creer a través de su música que son unos tipos tranquilos que no harán que te muevas de tu sitio si los ves cara a cara. Gran error pensar esto.
Peach Pit pertenece a toda esa ristra de artistas que tanta fama están ganando en la actualidad en esta nueva ola, por ser la evolución natural del rock progresivo y psicodélico de los ’80, a la que pertenecen músicos de los que hemos hablado aquí como son Yellow Days, Mac DeMarco o Boy Pablo.
Peach Pit es el artista perfecto para añadir a tu lista de música si lo que querés es algo despreocupado, casual y que entre de forma sencilla en tu cerebro con ese armonioso ritmo. Melodías muy pegadizas y un sonido muy envolvente que conseguirá atraparte, es la carta de presentación de los jóvenes canadienses.