Martín Marto Remiro, Flavio Detbarn y Santiago Monroy fueron junto a Thes Siniestros una de las bandas fundamentales de la ciudad de La Plata. Luego de la separación del grupo, sumaron a Juan Ponche Abraham en bajo y a Martín Moyano en voz para encarar un nuevo proyecto llamado Peruano.
Adiós y buena suerte, el disco debut de la banda, se trata de dejar atrás las tristezas y cimentar un nuevo futuro sobre los recuerdos. La aventura de melodías melancólicas que invitan al baile la forman 8 canciones hechas, tal como lo definen ellos, para náufragos alegres.
¿Cómo definirían la búsqueda de Peruano?
Marto: Nuestra búsqueda es la canción. Mientras componía y empezaba a armar los temas me acordaba del disco de Adrián Paoletti, En la ruta del árbol en busca de la canción perfecta. La experimentación iba por ahí.
Martín M.: Tenemos esa similitud con The Cure, las letras pueden ir por un lado pero la música te va llevando por otros lugares y te hace bailar.
Marto: Yo hoy pongo el disco y siento que es un reflejo de todo lo que escuchamos. Veo que está metida ahí toda mi vida musical. Desde el primer cassette que me compré cuando tenía 8 años hasta lo que escuché este año. Es representativo.
¿Cuándo arrancaron con la banda tenían un norte marcado al cual querían llevar el sonido?
Marto: A la banda le marcó el rumbo cuando entró Ponche. Su forma de tocar el bajo y el groove nos fueron definiendo. Después el ingreso de Martín consolidó el sonido.
Martín venía de cantar en bandas de punk rock. Sin embargo, ustedes fueron a buscarlo especialmente para que se haga cargo de las voces. ¿Qué intuían que podía aportarles?
Marto: Queríamos un cantante, que tenga oficio, escriba y se la aguante delante de la banda. Somos un cuarteto que si bien es prolijo toca fuerte. Necesitábamos alguien que se pare delante de eso con altura y tenga la espalda para bancarla.
Decían que el disco es melancólico pero que no pierde el optimismo. La sensación que deja es que las buenas ya van a venir.
Marto: La esperanza de que las buenas vengan yo la sigo teniendo. Tengo 36 años y no dejo de tocar. Más fácil hubiese sido, después de la separación, decir “chau chicos” e irme a hacer otra cosa. Sin embargo sigo haciendo música porque quiero que la gente me escuche. Y no podría dejar de sentir que las buenas están por llegar porque ahí sí, chau.
Martín: Además las buenas llegan y no se quedan para siempre. Hay que disfrutarlas cuando están.
Marto: Y ser generosos también. La buena es seguir como estamos ahora, tocando. No hay que aspirar a tanto, no tiene que ver con el éxito, fama o guita. Tiene que ver con hacer lo que nos gusta. Lo más difícil del mundo es encontrar un grupo de gente que te acompañe en eso y creo que lo hemos hecho. Las bandas funcionan o no por las relaciones humanas que se dan dentro del conjunto. Cuando algo no camina, musicalmente te das cuenta.
¿Quién lo produjo? ¿Qué les aportó?
Martín M.: Trabajamos con Fernando Taverna, productor de Las Pelotas y Lisandro Aristimuño, entre otros. Terminó de hacernos cerrar el concepto de lo que buscábamos. Logró acercar mi estilo de voz a la banda y que la banda se acerque a mí rockeándola un poco más. Eso fue fundamental.