En un ensayo sobre prácticas de escucha y la irrupción del noise como género en el Japón de posguerra, David Novak caracteriza al noise como un anti-género (más allá de que la funcionalidad de su nominación exponga lo contrario). Según el autor, el noise desafía el género porque su misma existencia depende de la deliberada ofuscación de categorías musicales. Podría entenderse como una insurrecta compilación de estímulos y recursos estéticos, que son transversales a todo estilo, instrumento o sonoridad (aunque generalmente se asocien un lado experimental o extremo del rock) y emiten una suerte de urgencia expresiva inmune a los tradicionalismos compositivos.
Quince años atrás, cuando el acceso a internet no era ubicuo y el vanguardismo musical requería un esfuerzo más ferviente, Claravox fundaba un nicho expresivo para el noise en Córdoba. En la distante contemporaneidad, “noise rock” es la etiqueta que menos les desagrada al momento de caracterizar su música, un conjunto atmosférico y ambiental (casi cinematográfico) de complejas imposiciones musicales: urgentes, disruptivas, agitadoras.
La paleta de sonidos y emociones que componen a las producciones de su década y media de trayectoria son una exquisita síntesis de las influencias que supieron moldear a sus protagonistas: Andrés Asia, un guitarrista que encuentra inspiración en Steve Albini, Tim Hecker y A Place to Bury Strangers; Martín Rigatuso, un baterista obsesionado con las bandas con D (Deerhoof, Deerhunter y Death Grips); y Facundo Rotela, el guitarrista que se cautiva más con el sonido ambiente (rural o urbano) que con el formato MP3: “Un benteveo puede hacer hasta cuatro cantos distintos, uno puede pasar horas intentando traducir eso en la guitarra o en el piano” compartía en la pequeña entrevista que dio pie a esta nota. ¿Puntos de encuentro?: Swans, la insistencia por desprenderse de la recurrente asociación a Sonic Youth y el Pink Floyd de los discos con Barret.
Seis producciones separan el inicio y el presente de la banda: dos LPs en formato trío: Juanpablounderground (2005) y Parque Capital (2008); dos en formato dúo (sin Andrés Asia): A Bailar (2010) y La Tierra de los Reyes con Cohetes Llameantes (2012); un EP de rarezas: Oha! (2002); y un soundtrack para un corto audiovisual: El Campo (2012).
Este año, materializando lo que desde 2014 trabajan nuevamente en formato trío, la banda promete dos nuevas producciones: Mecánica Popular (prevista para esta primera mitad del año) y Observatorio (presumiblemente para la segunda mitad), discos que han sabido caracterizar como “gemelos”. También seducen con la idea de un EP de remixes para conmemorar los 15 años de la banda.
Mientras se acorta la espera de la concreción de esta ambiciosa agenda, Claravox comparte escenario con Él mató a un policía motorizado este sábado 23 de abril en Studio Theater (Rosario de Santa Fé 272, Córdoba). En lo que se anticipa como una velada desbordada en intensidad, la banda compartirá lo mejor de su vasto repertorio: un oasis de experimentación e insurgencia expresiva disponible en su plataforma de Bandcamp (que ahora te hacemos convenientemente más accesible).