Ernesto Ochoa es un músico que ya tiene un lugar más que ganado dentro de la escena musical argentina. Hoy está enfocado en su proyecto Sueño Inmoral, banda con la cual ya grabó un segundo disco titulado Roce, que presentará dentro de poco en Capital Federal y en varias ciudades del interior del país. Pero antes de eso, Sueño Inmoral va a compartir cartelera con Eruca Sativa el 22 de septiembre. Nos juntamos una hermosa mañana en un café de San Rafael hablamos de Roce, de Eruca y de todo un poco.
¿Te imaginaste llegar adonde llegaste?
No sé hasta dónde llegué, uno agradece poder vivir de lo que a uno le gusta. Yo no me considero nada, pero tiene cierto mérito tener una banda de temas propios, haber sacado dos discos, haber girado por parte del país, haber ido a Chile varias veces. Lo que tiene más mérito es vivir de lo que uno le gusta, sea el ámbito que sea. Hay arquitectos que están manejando un taxi, hay abogados que se dedican a otra cosa. Vivir de lo que a uno le gusta es complicado y de eso sí estoy orgulloso. Después podemos hablar del éxito o la consagración, que depende de cómo lo vea cada uno. Por ahí algunos te dicen lo importante no es el camino, lo importante es llegar. Yo creo que lo importante es el camino más allá de dónde llegás. Es la transición que uno hace lo que a a uno lo alimenta. Con Sueño Inmoral creo que nos falta un montón por recorrer y un montón de cosas que aprender y conocer gente, porque lo lindo de esta profesión es que todos los días conocés gente nueva y eso también te alimenta y te hace crecer como ser humano.
¿Y cómo está el disco hoy? Ya está en la calle, ¿ahora hay que llevarlo al vivo?
Sí, el disco salió a principio de este año. Es un disco que cuenta con nueve canciones, en streaming hay ocho. Son ocho canciones propias y un cover de Lisandro Aristimuño. Vamos a ver ahora la respuesta que va a tener la gente, cuando toquemos el 22 de septiembre junto a Eruca Sativa. Es un disco que nos diferencia bastante del primero, porque el primer disco, que se llamó Pasos prohibidos, es un disco que es como un abanico sonoro que lo grabamos tratando de buscar una identidad. Este disco ya es mucho más propio que el primero, es como que en este disco sí. empezamos a encontrar la identidad
Además, hubo un cambio de baterista en el medio…
Sí, también. Ahora con Facundo Maru, que es nuestro baterista, los temas también suenan distintos. Le da otra intención, su toque personal. Algo que nos gusta mucho es que el músico pueda interpretarlo a su manera, y creo que es un disco bastante poderoso. Tiene mucho power para adelante y hay varias canciones que llaman la atención.
¿Cómo va ser la presentación con Eruca? No es lo mismo compartir cartelera que ser la banda invitada.
Nosotros ya tocamos dos veces con Eruca, por cierto es distinto claro que sí. Nos vamos a encontrar con una banda que ya es amiga, ya nos conocemos, sabemos el profesionalismo con el cual laburan ellos. Nos pone contento compartir y siempre es bueno aprender de esas bandas.
¿Qué pensás si te digo que no hay una banda actual que sacuda toda la escena? Como fue U2 en su momento.
Para mí es el exceso de información, yo no creo que no haya bandas, no estoy de acuerdo con eso. He visto bandas como Todo aparenta normal, como Bigger, como Huevo, acá mismo en San Rafael. Te nombro una banda que se llama La máquina del tiempo, que rompe con todo. Están los chicos de Mamba Negra, que es una banda sumamente rara, que se entienda sumamente rara por la composición, son bandas que a mí me gusta. La gente como que no se anima a buscar lo nuevo, nos quedamos en la zona de confort de decir “aguante el Indio, Soda y Las pelotas y de ahí no salgo”. En su momento esas bandas también fueron nuevas, tuvieron un público que también los acompañó. Hoy en día el promedio de gente que escucha bandas nuevas tiene 15 años. No podemos pretender llegar a un público de 30, 27, 28, cuando los que se animan a escuchar música nueva y a los que hay que llegar son a los chicos de 15 años.
¿Como te llevás con la política? Porque a primera vista faltan lugares, o tenes lugares para 40.000 personas y lugares para 3.000 personas, pero para las bandas medias no hay lugares.
No, no hay lugares, yo creo que fue siempre eso igual, no importa el gobierno de turno. Siempre la cultura se dejó de lado, no genera el dinero suficiente que tiene que generar, o no le pueden encontrar la veta. Pero sí faltan lugares, no solamente acá en Mendoza, a nivel nacional. Yo creo que hubo un pos Cromañón que cerró muchos lugares, y muchos con justa razón. Si un lugar no está capacitado para albergar un evento hoy en día con la capacidad de tecnología y la cantidad de recursos que hay, es mejor no ir a tocar. De última te grabas un ensayo en streaming. Yo sé que no es lo mismo, pero los músicos tenemos que tener en cuenta la seguridad, que vos estés seguro como músico y que esté seguro el espectador también. Entonces yo entiendo que es difícil, porque no hay lugares para tocar, pero entiendo también que es un tema de seguridad que es sumamente importante. A mostros nos pasó de ir a Rosario a un lugar a tocar, y en ese lugar había descargas permanentemente, creo que al año murió un bajista en ese lugar. ¿Hasta cuándo yo me puedo vender si a mí no me dan las condiciones necesarias para poder trabajar?
La onda bohemio ya no va más .
Ya desapareció hace rato, el problema que tenemos es que el músico que es artista progresa, el músico que es solamente músico no, se ha perdido eso el tema de ser artista. De buscar una vestimenta para hacer un show, de que tus canciones vayan de la mano con lo que vos estés preparado en escena para hacer. Hay bandas que lo entienden, bandas que son under, y creo que todo va de la mano, y nosotros todo el tiempo tratamos de hacerlo. A veces por cuestiones de tiempo y de presupuestos uno como que queda estancado. Mas allá de que todo esté caro, hoy en día a una banda grabar un video le significa entre 7 u 8 lucas y para una bande under ganar cuesta mucho y la pelota se maneja siempre entre los mismos.
En vez de irte a Buenos Aires, te quedaste sembrando y seguís acá, siempre rescaté eso.
En un momento hablamos de radicarnos en Buenos Aires, por una cuestión de que en un barrio tiene la misma cantidad de gente que tiene San Rafael. La posibilidad de que te escuche mucha más gente, de que la música llegue más rápido. Yo creo que hoy, con los cambios que hay con internet, no creo que sea tan necesario de ir. Si ves las últimas bandas que están sonado hoy, ninguna es de Buenos Aires. Que después se radiquen en Buenos aires, es otra cosa. Pero vos te pones a pensar y hay muchas bandas de Córdoba, de Santa Fe. No hay bandas en este último tiempo que estén sonando por el solo hecho de que sean porteñas. Hay mucho material a nivel país. Como las distancias se han acortado, por los aviones y estas cosas que llegan tarde acá por no ser un país federado, uno siempre cuenta con las herramientas técnicas necesarias. Nosotros que estamos acá siempre apostamos en tema de producción con los locales. Grabamos el disco acá, en V2K Estudio, que es el estudio de Maximiliano Garino. La portada nos la hizo Emanuel Bocchino, que es un diseñador local. El dibujo de la portada nos lo hizo Julia Pérez, que es una actriz local y me gusta como dibuja. Hay mucho funcionamiento con toda esta materia, hay que usarla. Si no la usamos nosotros mismos, que somos de acá, ¿quién la va a venir a usar? Creemos que no hace mucha falta hoy en día radicarse en Buenos Aires. Y eso es una decisión propia, hay bandas que no lo pueden llegar a compartir, pero yo creo que no es necesario.
Supongo que después de Eruca se viene la presentación oficial de Roce, y después se viene la gira por el país.
Sí, tenemos planificado grabar unos videos en octibre. Ya grabamos el video de “Traje de Dios”, que no salió a la luz. En octubre se viene la grabación de dos o tres videoclips, y en noviembre arrancamos con la gira. El primer tramo va a ser Cuyo: Mendoza, San Juan y General Alvear. En noviembre, estaremos por Río Cuarto, Rosario y Santa Fe. A principios de diciembre por Buenos Aires. Después de eso veremos de presentar Roce acá en San Rafael.