Diente Amargo es un proyecto de música electrónica industrial con una esencia latinoamericana única. La banda está formada por seis artistas bajo los seudónimos de Dino Ex Machina, Turbo, Calígula, Fando, Macario y KDT, que combinan sonidos oscuros, letras contundentes y una propuesta visual artística, buscando reflejar los conflictos y contradicciones de la sociedad salvadoreña.
La banda nació en 2016 con la intención de documentar la catarsis de un sentir colectivo y abordar el descontento de tener un gobierno de izquierda igual de corrupto que los gobiernos de derecha que le precedieron. Desde entonces, lograron plasmar en sus letras una realidad que se replica en cualquier sociedad envenenada por años de mala administración gubernamental. Diente Amargo no utiliza el arte como escapismo, más bien lo convierte en su herramienta para “darse de dientes con la realidad” y mostrarla por medio de su música.
La primera vez que se presentaron en vivo fue en uno de los eventos que desarrollaba en el espacio La Resi (hoy ya cerrado) llamado “Concierto fantasma”, que presentaba a artistas emergentes de distintas disciplinas. “El Concierto Fantasma era un show donde vos pagabas y no sabías quién iba a tocar y esa vez nosotros fuimos los invitados”, cuenta Dino, cantante de la banda, en conversación con Indie Hoy.
Tanto para este proyecto como para otras bandas e iniciativas culturales, escenarios como La Resi y La Casa Tomada fueron espacios que trataban de dignificar las propuestas de artistas nuevos de El Salvador. “Si bien nuestra música era caótica, para nosotros era importante que el acabado de la pieza artística tuviese calidad”, afirma Calígula, bajista del grupo.
Desde su primera presentación, Diente Amargo ha proyectado una imagen siniestra y cada parte de su indumentaria utiliza cuero para simbolizar un aspecto dentro de su concepto como banda. “El uso del cuero que denota sadismo y placer en el dolor, ya sea propio o ajeno, va de la mano con lo que pasa con el exceso del poder, pues tanto placer, puede llegar a ser doloroso -explica Dino-. Además, la indumentaria formal mezclada con harapos plasma en un solo personaje la pobreza y la ostentosidad”.
La propuesta de Diente Amargo va más allá de lo sonoro, ya que sus integrantes también abordan su arte desde la teatralidad y el diseño gráfico. Es esta complejidad, propia de un proyecto con matices multicolores y con la intención de incomodar al público, lo que generó una impresión duradera en la escena salvadoreña. En sus presentaciones es casual encontrarse con caras incrédulas y con aplausos hacia el tono satírico y abrasivo de su propuesta.
“No me deja de sorprender lo bien que se recibe el proyecto. Esta es la forma más violenta que nosotros tenemos para expresamos y que tenga esa resonancia en el público es gasolina para mi”, afirma Turbo, quien toca los sintetizadores en el grupo. “Yo siempre quiero más -admite Dino-. Dejo salir mi avaricia cuando digo que desde el inicio supe que el proyecto podría funcionar y que tendría una gran evolución”. Por su parte, Calígula suma: “Esta es una expresión genuina de mi persona que solo sucede ahí y es lo que más me impacta a nivel individual. Mido el éxito en términos de saber que he podido expresar aquello que tenía tanto deseo de mostrar”.
Con el paso del tiempo, Diente Amargo ha participado en diferentes festivales y eventos en los que se deja ver tanto su química grupal como su evolución como compositores. “Han pasado siete años desde nuestro primer disco, y durante ese tiempo la realidad ha cambiado demasiado -reflexiona Calígula-. Por lo que antes de escribir sobre algo, lo más importante para nosotros fue cuestionarnos y ponerle palabras a lo que nos estaba incomodando. Es ahí donde inicia el proceso creativo de Diente Amargo”.
La banda ya se había presentado fuera del país en festivales de Guatemala y Honduras. Este último es el país que más recuerdan por la resonancia que tuvieron sus canciones, ya que al tocar “Tormenta“, el público hizo suya la tonada, lo que les hizo ver a los integrantes que su música responde a un contexto social no solo local, sino también regional. En septiembre de 2024, participaron en el Festival Culturá en Costa Rica, donde no solo marcaron el inicio de su expansión internacional, sino que también se consolidaron como una voz crítica y necesaria en la región.
El 11 de noviembre del 2024 publicaron su “Sesión amarga“, donde se los puede ver tocando algunas de sus canciones más recientes, como “Maquilishuat“, “Elmer Homero” y “Toque de queda“. A través de metáforas, estas composiciones describen la situación que vive el país con la actual pérdida de libertades y la desconexión social, siendo sin duda una carta de presentación para el nuevo material que publicarán en 2025. Diente Amargo nos permite dar una probada a la realidad sin endulzantes artificiales, una realidad que resuena en toda la región latinoamericana y en todo país en donde se encuentre el nuevo “oligarca matón”.
Escuchá a Diente Amargo en plataformas (Spotify, Tidal, Apple Music).