Muchas veces resulta imposible separar la historia de vida del artista de su música. Es el caso de Hayden Anhedönia, mayormente conocida como Ethel Cain. Nacida en Tallahasee, Florida, la mayor de cuatro hijos de una familia bautista del sur creció bajo la influencia del dogma religioso. El ambiente en el que se crió jugaría un papel importante en su música y la construcción narrativa de sus discos, donde la figura de un Dios se presenta siempre como una amenaza.
Hayden comenzó su carrera musical como Ethel Cain con una serie de EPs inspirados en los cantos gregorianos. En 2022, a los 24 años, publicó su primer álbum, Preacher’s Daughter, con un gran recibimiento de la crítica y el público. Estas trece canciones marcan un recorrido que va desde el dream pop, el slowcore y el folk gótico, abordando temáticas como la nostalgia, la muerte y la angustia por una juventud marginada.
Perverts es el segundo disco de Ethel Cain (curiosamente anunciado como un EP a pesar de sus 90 minutos de duración), publicado durante los primeros días de 2025. En este trabajo, Hayden deja atrás parte de la sensibilidad pop de su álbum debut y se entrega a explorar nuevas inquietudes. El resultado es una obra experimental que se apoya en géneros como el drone, el dark ambient, el noise e incluso el spoken word, y que se propone desafiar la voluntad de sus oyentes.
Prueba de esto es el primer track, la canción que le da nombre al disco, que funciona como carta de presentación en donde Ethel deja en claro sus intenciones en este proyecto. Si Preacher’s Daughter comenzaba con “Family Tree”, una canción con tintes cercanos al dream pop en la que Hayden desplegaba su talento vocal, en “Perverts” nos encontramos con un drone de doce minutos que comienza con una grabación lo-fi de un himno cristiano, para dar lugar a una atmósfera oscura y silenciosa interrumpida por voces apenas comprensibles pero que rezan repetitivamente “Heaven has forsaken the masturbator”, y un crescendo de zumbidos que termina transformando el tema en lo que podría ser el soundtrack de una pesadilla. Esta canción nos revela cuál será el sonido del disco así también como su temática central: la culpa y el castigo que recibe Ethel a causa de su deseo incesante de acceder al placer mundano, ubicando a la masturbación como eje central del EP.
Pero no todo en Perverts es un desafío para los oídos. La canción que sigue es “Punish”, una especie de balada un poco aterradora de piano en la que la voz angelical de Hayden se luce por primera vez en el disco. Funciona entonces como un alivio melódico, un acercamiento al tono del álbum anterior, pero que permanece en la línea narrativa de este EP. Como vemos hacia el final del tema, nos encontramos de nuevo con la repetición: “I am punished by love”.
Uno de los grandes desafíos del disco es “Housofpsychoticwmn”, Cain vuelve al drone en un track de doce minutos marcado por el sonido constante de un ondulante sintetizador y repleto de voces etéreas que se funden entre lo que parecen sollozos y gemidos. Pero lo que distingue el tema es la repetición incesante de una única frase: “I love you”. Es la capacidad de Ethel para evocar lo siniestro, la repetición de la frase, como un mantra hipnótico, lo que provoca el extrañamiento. No se pierde el sentido, más bien, se transforma en uno que no conocemos pero que sin dudas se aleja del literal. Es cuando lo familiar (“te amo”) deviene extraño y esa voz, sin dejo alguno de expresión, sugiere una obsesión.
“Housofpsychoticwmn” acentúa la tensión y la disonancia para que podamos disfrutar de nuevo de un necesario alivio melódico. “Vacillator” es un punto fuerte del EP, una canción que combina el sonido del álbum anterior y Perverts. El tema camina a partir de una batería mientras la voz de Ethel, envuelta en reverb, describe imágenes sexuales acompañada por una guitarra que sintetiza el sonido slowcore que pudimos escuchar en sus trabajos anteriores. De nuevo, el tema termina de manera redundante, reflejando la dicotomía entre el placer y la culpa, la pureza y el pecado en Ethel, reforzando el sentido purgatorio del disco y repitiendo: “If you love me, keep it to yourself”.
Si bien no quedan dudas de las intenciones de Hayden en este EP, la artista tampoco se esfuerza en ocultarlo. “Pulldrone” es el verdadero desafío para quienes esperaban encontrarse con un sonido más pop. Este track spoken word de quince minutos es una enumeración, una lista de doce ítems en los que Cain, entre otras cosas, describe su deseo pervertido de acceder al conocimiento divino, saber lo que Dios sabe y acceder a una belleza abrumadora (dice querer dislocar su mandíbula para que quepa toda la belleza del mundo) así como también expone las consecuencias: la desolación, la aniquilación, el camino hacia un frío infierno.
Para finalizar el EP, Hayden retorna a la sonoridad de Preacher’s Daughter con “Amber Waves”, una canción de 11 minutos en la que volvemos a escuchar la voz de Ethel en su forma más bella. Es una manera de iluminar un final que parecía estar condenado a la oscuridad. Su voz como un brillo, sin embargo, nos deja una sensación no muy esperanzadora en su última línea: “I can’t feel anything”.
A través de Perverts, Ethel Cain intenta purgarse, a la vez que logra plasmar un ejercicio de lo siniestro y lo espeluznante, y nos entrega un disco cuya piedra angular es la repetición, el ciclo infinito. Perverts es un uróboro y, también, uno de los proyectos más particulares y desafiantes de lo que va del año.
Escuchá a Ethel Cain en plataformas (Spotify, Tidal, Apple Music).