Fisu Viola fue dando a conocerse en pequeñas dosis. El artista mitad saladillense y mitad marplatense llevaba publicadas algunas canciones cuando a partir de abril fue entregando progresivamente las cinco canciones que dan forma a su primer EP, Juego de luces, que cuenta con la producción cuidadosa y moderna de Juan Robles.
Al escuchar el resultado final con todas las canciones sobre la mesa, se percibe la marcada riqueza estilística de una obra repleta de matices que se unen por la voz sensible y relajada de Viola. “El EP tiene rock, tiene pop, tiene folk quizá, pero de lo que estoy seguro es que tiene sensibilidad, y eso es algo que viene haciendo mucha falta hoy en día“, afirma su autor en conversación con Indie Hoy.
Además de su voz, otro elemento que aporta cohesión es la guitarra acústica que recorre el disco de principio a fin. Así tenemos canciones como “Rey Vid” o la sorprendente “Gran momento”, que comienza como una balada folk con dejos de psicodelia y termina convirtiéndose en un monstruo difícil de definir con intervenciones de electrónica, guitarras eléctricas agresivas y una participación clave de Francisco Maggio en batería.
La guitarra acústica es un elemento clave para definir el sonido del disco, pero también fue fundamental en la génesis de las canciones. “Partí de una guitarra acústica y cada canción fue cobrando su propia identidad, uniéndose con las demás, entrelazándose, hasta encontrar su lugar y formar así esta obra”, cuenta Viola.
Por lo tanto, no es extraño que luego del sonido de lluvia y truenos, el rasgueo de una guitarra acústica sea lo primero que se escuche en “La certeza”, el pegadizo primer single que se conoció del disco. Se trata de un exquisito ejercicio de pop melancólico en el que la voz de Viola muestra la amplitud de su registro que no teme en ir desde la calma a la violencia y desde notas graves a otras agudas, las mismas que brillan junto a un nostálgico piano en la balada intimista “Claridad”. Melancolía y prosperidad en estado en puro.
En esta misma línea de intimismo acústico, “Ir a Local”, la última canción del EP, es la más despojada e intimista de todas y rememora las vivencias de Fisu en la galería y bar porteño Local Support, compartiendo charlas relajadas con otros artistas de la escena.
En cuanto al título del disco, Juego de luces, hace referencia tanto a la luminosidad que irradian las melodías de las canciones como a la otra gran pasión de Fisu Viola además de la música que es su trabajo como luminotécnico y diseñador de iluminación. La luz entonces es un concepto central en la obra de este artista que publicó algunas de las canciones más firmes de lo que va del año.
Escuchá a Fisu Viola en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).