“Todo mi patrimonio son mis amigos”, decía la poeta Emily Dickinson. Y muchas veces de las amistades surgen proyectos creativos. Tal es el caso de Florist, una banda neoyorkina que surgió de la afinidad entre Emily Sprague, Rick Spataro, Felix Walworth y Jonnie Baker. Un ejemplo de ello es The Birds Outside Sang, el disco debut de este grupo que surgió como consecuencia de un accidente de bicicleta que sufrió Emily a comienzos de 2014.
Durante ese periodo de reclusión, Sprague empezó a componer canciones desde su casa mientras tocaba el teclado con una sola mano. A nivel sonoro, ese material inaugura su estética de folk pop con arreglos sutiles sintetizados, mientras que sus letras son bastante confesionales. En 2016, el conjunto ya había ganado tanta popularidad que fue invitado para hacer un Tiny Desk Concert junto a NPR.
Su segundo álbum, If Blue Could Be Happiness, salió a la luz en 2017. Una vez más, Florist desarrolla una impronta intimista y cargada de sensibilidad pop. De hecho, sus integrantes definen esta producción como “un adiós a una vida pasada y una declaración de gran amor a una nueva. Un largo canto de luto por la muerte de una madre, y una tranquila celebración de la lucha interminable que es estar vivo”.
En 2019, arribó Emily Alone, un disco que – como su nombre lo sugiere- se enfoca en la líder y vocalista de esta formación y retrata el proceso de transformación y autodescubrimiento luego de la partida de su progenitora. Y hace unos meses llegó su cuarto álbum, un material homónimo que refleja este momento de madurez de la agrupación tras casi una década de actividad creativa. Dentro de las canciones más insignes de esa producción se encuentra “Sci-Fi Silence”, una pieza de bedroom pop minimalista con tintes siderales que cuenta además con un video dirigido por Vanessa Haddad.
Mirá el video de “Sci-fi Silence” a continuación y escuchá a Florist en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Apple Music):