Fraxu es el alterego de Fran Labaqui, músico y productor oriundo de Bragado. Como buen alterego, Fraxu es intenso, directo, llamativo, histriónico, sumamente emocional. Es también platense y, desde hace un tiempo, sus performances en el mítico bar Pura Vida se han convertido en un clásico moderno. Dueño de una sonoridad electrónica, melodías con aires de rock argentino clásico y una actitud post punk, sus canciones se vuelven un himno cada vez más sentido para los soñadores que copan las nuevas noches de música de la ciudad de las diagonales.
El proyecto debutó con un EP homónimo en 2020, pocas semanas antes de que se desatara la pandemia. Con esas cinco canciones marcadas por un carácter introspectivo y una producción electrónica delicada, el músico presentó un universo creativo altamente evocador, en el que los arreglos y las texturas fueron clave para entregar un mensaje abierto, dispuesto a ser el antídoto que necesitáramos en el momento que lo necesitáramos.
Tres años más tarde, y ya integrado al circuito de shows en vivo de La Plata y Buenos Aires, Fraxu presentó Nunca hubo plan, su primer disco de larga duración. Con esta placa bajo el brazo, el músico demostró la consolidación de su trabajo de producción, al mismo tiempo que evidenció una maduración como compositor e intérprete que se revelaba en sus constantes performances.
“Cuando decidí no tocar ningún instrumento en vivo, se dio algo interesante a nivel de performance -cuenta en conversación con Indie Hoy-. Allí surgió la idea de acostarme en el piso en un tema, o tocar la melodía del piano de ‘Rotx‘ con unas flores, tal como sucede en el videoclip. En todo el aspecto performático me siento muy influenciado por el grupo interdisciplinario La Ferviente, del cual formé parte. Ahí me contagié mucho de la información del cuerpo, las coreografías alternativas, la expresión, la interpretación. Trabajar con Eli Giommi, Ceci Codina y Clau Cárdenas me llenó de data sobre la escena y el cuerpo. Valen Brega, Andrés Dillon y Euge Labaqui estaban en la parte más visual y técnica, la que también me influenció mucho”.
Nunca hubo plan nació en torno al sentimiento de incertidumbre que plantó la pandemia y que se afianzó rápidamente con el clima político global. Agarrándose de ese malestar y sorprendido por la capacidad humana de sobreponernos a las derrotas y las frustraciones, Fraxu creó ocho canciones en las que reflexiona con especial pasión sobre el paso del tiempo -y todo lo que eso conlleva-, y en las que fusiona influencias que van desde la música brasileña, pasando por los clásicos argentinos como Charly García o Miguel Abuelo, hasta el post punk ruso y el pop electrónico de discoteca. ¿El resultado? Rock argentino de vanguardia, sin prejuicios y con la mirada bien puesta en esa incógnita que llamamos futuro.
Confesional e intensa, la obra de Fraxu tiene ternura y oscuridad en cantidades iguales. Letras como “persiguiéndome siempre me quedo atrás” o “hacer que las cosas normales parezcan raras/ para que esto no parezca tan fugaz” dan cuenta de una búsqueda existencial irrefrenable y de la angustia que eso puede provocar. Sin embargo, el músico aleja ese sentimiento de la solemnidad para que -entre beats, voces octavadas y arreglos lúdicos- lo sintamos como lo que es: lo más natural del mundo. Y en lo más natural nunca ha existido un plan.
Escuchá a Fraxu en plataformas de streaming (Spotify, Tidal).