La noche estrellada se desplegó sobre una antigua casona de Adrogué, entre flores y luz tenue. Así es el karma de vivir al sur. Con la influencia de figuras como Violeta Parra, Cuchi Leguizamón y los primeros rockeros argentinos, los Jacarandaes ofrecen un disco que no retrocede en el tiempo sino que da un aire de renovación con sello propio. En Cabriola, el grupo argentino experimenta con diversos instrumentos tradicionales e invita a la poeta y cantora Geraldine Ruiz, quien abre su voz rasgando cuerdas.
Quizás puedan parecer una banda indie explorando el folclore, pero al escuchar Cabriola se evidencia que no se trata de un simple coqueteo. Jacarandaes imprime una identidad propia que florece atemporalmente en sus canciones. Se aprecian sonidos autóctonos, rock y percusiones que dan forma a la canción en todo su esplendor.
Cabriola abre con un candombe y una voz aguda que parece sentir cada nota a través del cuerpo como cuando la piel se eriza. Casi como una orquesta, el sonido de Jacarandaes es hipnótico. Cuando en una melodía se entrelazan voces suaves y poesía intimista, no es difícil ensamblarse con los músicos, creando así una nostalgia de un recuerdo que se vuelve colectivo pero indefinible y efímero.
A pesar de la opulencia de arreglos e instrumentos, la banda evita caer en un acto pretencioso, logrando un disco rico en influencias naturales. Los arpegios y pianos que remiten a Sui Generis invitan a cerrar los ojos en “Noche de San Juan” o “Paraguaya”, aunque con esta última también incitan a la danza.
“Nuestro salto y nuestro entusiasmo por la vida se expresa en una cabriola, una celebración del ser y del lugar como origen y destino. Soñamos con el encuentro de dos tormentas, una paz inimaginable donde los volcanes gritan todas las canciones existentes. El intento de comunicar lo imposible propone un extraño objeto sentimental: una canción se aparece”, relata Boris Cerda Prémoli, voz y guitarra del cuarteto que se completa con Marco Serlik en batería, Lucas Portillo en bajo y Lucas Ferrero en guitarra y sintetizadores.
En 2014 comenzaron a formarse algunas de las canciones que hoy forman las raíces de Jacarandaes. En un núcleo de músicos y poetas en Almirante Brown se conocieron los integrantes de esta banda ecléctica que, si bien en el último trabajo transita el folclore como su más peculiar característica, en sus cuatro EPs anteriores diversificaron su contenido de acuerdo a la etapa en la que estaban como grupo, pasando por el rock progresivo y el alternativo hasta llegar a su presente con Cabriola. Una llovizna que de a momentos se torna intensa puede equipararse a la experiencia de escuchar el último trabajo de esta banda sureña.
Escuchá a Jacarandaes en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).