El constante nacimiento de nuevas –y buenas- bandas en la ciudad de La Plata desvía, de una u otra forma, los haces de luz que apuntan a los grupos que vienen batallando hace muchos años. La Secta, por su parte, es un conjunto que con 23 años de carrera se las ha arreglado para mantenerse en los primeros planos de la ciudad; experimental, rupturista, integrador de lenguajes y sin miedo a las expresiones de vanguardia.
Se definen a sí mismos como un grupo de música + performance escénica. Esto se entiende una vez que se los ve en vivo. Desde sus inicios, cuando todos sus integrantes caminaban los pasillos de la Facultad de Periodismo, decidieron comenzar un proyecto con herramientas del teatro en el que pudieran romper lo cotidiano y generar un espacio en el que sucedieran cosas.
No eran músicos, de hecho su actual cantante, Gastón Cingolani, comenzó tocando la batería y rotando por diferentes instrumentos a lo largo de la historia. Marcos Scarafoni, su bajista, confiesa que al empezar sólo conocía tres notas. Sin embargo, mientras musicalmente eran malos, les iba paradójicamente bien. “Hacíamos algo que al otro día lo ibas a comentar. Por más que no te haya gustado”, dice Marcos al recordar esos años. La formación la completan Alejandro Arecha en voces, Hugo Fernández a cargo de las guitarras, Emilio Pascolini en batería y programaciones y visuales por Mareano van Gelderen. Estos dos últimos aportándole sangre joven al grupo. Con el pasar del tiempo, los shows, las puestas en escena y las teatralizaciones, coquetearon con sonidos del rock industrial, música electrónica, pop, ambient, entre otros.
Hoy, luego de 6 discos, presentan #SomosNormales, su nueva producción. Un disco más cancionero. Suena despojado pero también se nota lo detallista de su producción. Quizás, las diferencias con sus anteriores álbumes fue la forma en la que compusieron para este: casi de laboratorio. Se armó en estudio y por momentos ? por uno u otro motivo ? no se veían entre compañeros, entonces uno llegaba, grababa algo, y el siguiente trabajaba en base a eso, generando canciones de una forma más bien complementaria. El desafío posterior fue poder apropiarse de sus propias canciones, una vez estando adentro del estudio buscaron no perder la parte humana y sanguínea de la música.
#SomosNormales se puede escuchar en todas las plataformas de streaming.