“Soñé con detectives helados, detectives latinoamericanos / que intentaban mantener los ojos abiertos / en medio del sueño” – Es así que comienza el poema de Roberto Bolaño, cuyo título le da nombre a la banda ecuatoriana de la cual hablaremos. Los Detectives Helados lanzó a mediados de marzo su primer disco homónimo (Cura Ludorum, 2015), 9 tracks cuya mayor esencia es un pop cósmico y poético que pasea por rincones oscuros del rock y del blues experimental.
La banda se formó en el 2013 en las montañas de Piñas (Provincia de El Oro), con la necesidad de hacer música y mezclando todas las influencias que tenían. Influencias variopintas, desde The Strokes, MGMT, Radiohead, The Beatles a Pescado Rabioso, Cuentos Borgeanos, entre otros. Está integrada por Carlos Miguel Ramírez (guitarra y voz), Diego Romero (batería), Paulo Buele (piano), Adrián Vélez(guitarra) y Mario Maldonado (bajo).
Resaltan la introductoria “Soy Una Estrella Pop”, la cual cuenta con los coros de Carolina Gordon. Tal como la que le sigue en la lista, “Espacio Sideral”, el sonido onírico se vuelve emotivo. Se siente más preciso en “Saturno”, cuya letra es en parte el poema de un amigo de Carlos Miguel, una balada que se torna potente en los coros y que logra llamar mucho la atención sobre los demás tracks. Le sigue otra balada al órgano, “Vértigo”, donde los silbidos calman el alma que mira hacia el abismo personal. En los alrededores encontramos la pegadiza “En el camino”, donde destaca la participación de Ricardo Pita. Tenemos también la discordante e insidiosa “Cada vez que mientes” y el blues “La Puerta Oscura”, el sencillo que cierra el disco de forma esplendida.
Con respecto a lo variado de la placa debut, Carlos Miguel dice: “Tratamos de no hacer un disco de un solo género, a nosotros nos gusta pensar que el disco es un mundo y cada canción un país, cada uno tiene su cosa particular pero en algunas hay un hilo que los conecta”. Sobre el trasfondo emocional de las canciones comenta: “El álbum tiene muchos malos ratos, porque lo escribí en un transcurso difícil de mi vida. Estuve viviendo en Buenos Aires dos años, y en ese tiempo no pude escribir nada, hasta que me robaron en mi departamento y me regresé a Ecuador, con la maleta vacía, literalmente. Pero ese fue el momento en que todo comenzó a salir, y cuando llegue las canciones simplemente salían y salían, por montones, de todo tipo”.
“El disco está muy influenciado en la literatura de Roberto Bolaño”, cuenta acerca de la figura del escritor y poeta chileno sobre la música de Los Detectives Helados y prosigue: “Por eso el nombre, es un poema de Roberto de su libro de poemas Los Perros Románticos. Y en la canción ‘Me Puede El Frío’ recito el poema, es lo menos que puedo hacer, ya que después de leer Los Detectives Salvajes me voló la cabeza, hasta en un instante pensé en ponerle ese nombre a la banda, pero no hay cómo, era mucha responsabilidad, nada superará jamás a esa obra monumental, así que nos decidimos por el poema, y en verdad por el poema Bolaño le puso así al libro, así que nos quedó un buen sabor de boca”. De modo personal le comenté que mi canción favorita del disco es “Cesárea Tinajero“, y me respondió que también era la suya, que fue la primera canción que escribió para el proyecto; es la poeta perdida de Los Detectives Salvajes.
El disco es un viaje, como todos, pero hay que regresar y volver, y regresar, para poder entenderlo. Y es que son viajes a distintos universos, desde uno personal hasta otro poético. No hay duda, que este primer paso dentro de la escena indie latinoamericana, es un paso firme y hay que mirar con detenimiento la huella que dejan. Como si fuésemos detectives.