Contra todo pronóstico, la pandemia se presentó como el ambiente propicio para muchísimas bandas que encontraron en esta coyuntura excepcional la oportunidad para darse a conocer. Así fue el caso de Nation of Language, un grupo de Nueva York que -si bien se formó a mediados del 2016- se presentó al mundo con su álbum debut titulado Introduction, Presence en 2020 y desde entonces no dejó de evolucionar.
“Recuerdo muy bien el día que salió nuestro primer disco porque fue en mi cumpleaños número 30”, dice el vocalista y líder del grupo, Ian Devaney, en conversación con Indie Hoy sobre el álbum que les abrió una infinidad de puertas y le permitió dejar de trabajar como barista para dedicarse plenamente al proyecto y a la música.
Los días posteriores al lanzamiento del LP, Devaney siguió con detenimiento las repercusiones del disco en redes y medios junto a su pareja y también compañera de la banda, Aidan Noell. Para ello, tenían un ritual que se repetía todas las tardes de confinamiento: se colaban al balcón del edificio de al lado -el cual estaba deshabitado- y tomaban un café mientras leían algunas reseñas al rayo del sol. Por suerte, Introduction, Presence tuvo el visto bueno por gran parte del público y eso los motivó a seguir escribiendo canciones.
Casi de inmediato salió A Way Forward, una obra con una mirada mucho más optimista y esperanzadora, marcada por los días de encierro y creatividad justo después del lanzamiento de su primer álbum. “Dado que no podíamos hacer giras, sentíamos que la única opción era ser creativos, escribir y grabar, como una forma de asegurarnos de que el proyecto sobreviviera a la pandemia y de que no fuéramos derrotados -agrega Ian-. Intentar que ese lado del proceso creativo sea la motivación principal del proyecto fue algo muy importante”.
Si hay algo que caracteriza este segundo LP es la liviandad con que se tomaron su composición y se siente en cada canción. Definido como una pieza de synth pop impecable y bien pulida, con influencias del krautrock, A Way Forward le permitió al conjunto experimentar sin limitaciones. “Nos permitió sentirnos un poco más relajados en el estudio, ya que no había un marco de tiempo y no había garantía de que alguna vez pudiéramos volver a dar conciertos -confiesa el vocalista-. Queríamos ser lo más creativos y libres posible mientras lo estábamos haciendo”.
Actualmente, la banda se encuentra presentando su tercer y último álbum de estudio titulado Strange Disciple, una obra que ahonda en sonidos propios del new wave y el post punk, además de destacarse por sus sintetizadores frenéticos. Producido por Nick Millhiser -miembro de Holy Ghost!-, este nuevo álbum encuentra a la banda de Brooklyn profundizando en temas como las relaciones tóxicas, los estados de ánimo y la idea de que sentir algo es mejor que nada.
“Este último disco se define por muchas de las canciones que se centran en ideas de obsesión o enamoramiento, ya sea con una persona o una idea -recalca Devane-. En general, el LP se siente como si fuera el paso siguiente de una evolución que espero que continuemos con los próximos discos. Nick nos motivó a no ser tan puristas con los resultados. Muchas cosas del disco son imperfectas o pasaron por alguna máquina analógica que manipuló el sonido de una manera extraña e impredecible, dejando que nada sea demasiado computarizado y que el valor humano brille a través de la música”.
Un misticismo implícito recorre todas las canciones de Strange Disciple y se grafica a la perfección en su portada. El arte que la compone también fue idea del líder del grupo y es el resultado de una búsqueda exhaustiva. “Me di cuenta de que muchas de las canciones trataban sobre devoción, así que comencé a recopilar imágenes que podrían inspirar el arte -cuenta el músico-. Muchas de ellas tenían un tono medieval y religioso. Realmente me gustaba eso, pero sentía que era un poco demasiado serio porque, cuando estás consumido por la obsesión o la devoción, a menudo podés sentir que estás haciendo el ridículo”.
A su propia manera, el sonido de Nation of Language transpira esencia neoyorkina, la misma que a su forma popularizaron a Lou Reed, los Ramones, The Strokes, LCD Soundsystem y muchos más. Devaney tiene su propia explicación: “A menudo trato de impregnar nuestras canciones con un toque cinematográfico que reflejan lo que es la ciudad: caminar rápido por la calle, estar demasiado intoxicado por la noche, la oscuridad del subte, la luz de los edificios… Nueva York es muy cinematográfica”.
Escuchá a Nation of Language en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).