El músico montevideano Federico Rosotti, o como le dicen sus amigos Kolin o Kolo, tenía ganas de formar un proyecto que englobe su interés en el hardcore pero también otros géneros, además de su amor por el skate y su pasión por expresar libremente sus inquietudes políticas. Así es cómo nace Obelisco.
El EP debut del proyecto, Energía (2019), y el LP que lo siguió, Epifanía (2020), transmitían ese espíritu hardcore tanto en la fuerza de las voces como en la rapidez de sus baterías. Sin embargo, la densidad de las guitarras también los acercaba al sludge metal, ese subgénero que mezcla el sonido psicodélico del stoner rock con el punk más ruidoso popularizado por Melvins.
En su siguiente EP, titulado simplemente Obelisco y publicado en 2022, el proyecto profundizó en esa densidad y en los pasajes instrumentales, aunque intercambiando la suciedad que antes distorsionaba sus guitarras por un efecto fuzz más limpio. Al año siguiente, Naza, quien era bajista y una parte fundamental de las composiciones, dejó la banda y fue entonces que ingresó Camila Sena, quien junto a Kolo y el baterista Andrés Martínez consolidaron la formación que hoy permanece vigente.
En sus primeros ensayos dejaron fluir el sonido de las bandas que habían marcado su adolescencia, como el rock alternativo de los 90 de Pixies, Sonic Youth y Dinosaur Jr., y el espíritu libre de Carlos “Nekro” Rodriguez, un referente no solo en lo musical junto a Fun People y Boom Boom Kid, sino también por haber alzado la autogestión como bandera y motivado a que las bandas puedan editar su música de forma independiente.
“Fun People es la mejor banda de la historia de Latinoamérica -sentencia Federico en conversación con Indie Hoy– Tenían la libertad de hacer canciones de varios géneros, pasar del hardcore al garage rock y luego al metal, sin importar nada. Estamos de acuerdo en que queremos eso mismo”.
Este año, Obelisco publicó su segundo LP titulado Sueños y jardines, un disco de riffs melancólicos y voces que alternan entre la suavidad y la explosión a gritos. Las nueve canciones que lo componen materializan el dúo de voces de Camila y Kolo entre la melodía y la rabia, dos rangos distintos que aportan frescura al sonido de la banda.
Así como Nekro logró colaborar con el emblemático productor Steve Albini en The Art(e) of Romance, Obelisco cumplió el sueño de trabajar con Martín “Tuka” Solana, guitarrista de la mítica banda de rock uruguayo Hablan por la Espalda. El grupo lo describe como un mentor que estuvo presente en los ensayos y el estudio, un artífice de lujo entre varias personas que fueron partícipes del proceso. Incluso en la canción “Fuego”, la banda combina el pulso melódico de Fun People con un potente estribillo en el que Federico estira su voz a un extremo similar al de Fermín Solana, cantante de Hablan por la Espalda.
Si bien Sueños y jardines es un disco que se centra en la melancolía como bandera, incluye varios momentos en que las guitarras absorben otras influencias más agresivas y cercanas al thrash metal. En canciones como “Rosas negras” y “Zero”, los tempos se vuelven más rápidos y oscuros, y Obelisco no busca esconder sus influencias, sino que las asume y crea un cóctel novedoso con ellas.
Para las letras del álbum, la banda buscó utilizar palabras directas y fáciles de procesar, sin dejar de lado la introspección y evitando caer en lo burdo. Por eso hay un fuerte contraste con canciones pasadas, en las que la banda incitaba a la reacción colectiva. De todos modos, esa actitud no desapareció en Obelisco, ya que unos meses después del disco publicaron “Mal estado”, una canción de thrash maratónico con la agresión verbal del hardcore y sirenas de fondo que suman a una sensación de caos, reforzada por la portada en blanco y negro que incluye caras de la coyuntura política uruguaya.
El crecimiento de Obelisco tiene una relación directa con el crecimiento de la escena musical en Montevideo. “La pandemia tuvo un efecto, todos queríamos empezar un mundo nuevo -dice Federico-. Hay una generación con ganas de experimentar. En el mismo movimiento hay grupos stoner, punk, post punk, tocan juntos sin pertenecer al mismo género”.
La banda también señala la importancia de la conexión rioplatense y las bandas que viajan a Uruguay y viceversa. “Las primeras bandas que conectaron con el público de acá fueron Mujer Cebra y Winona Riders -continúa Federico-. El festival Nuevo Día fue importante. Cuando nosotros viajamos a Argentina nos vinculamos un poco más con la escena hardcore y lugares como La Cultura del Barrio”.
La formación actual de Obelisco está más establecida que nunca y sueñan con organizar una gira por Latinoamérica, un deseo que lleva logística, dinero y tiempo. Si bien la recepción del disco fue más que positiva y podrían seguir por ese camino, advierten que su sonido va a seguir mutando. Con el objetivo de ser independientes al 100%, se equiparon para grabar sus canciones en un lugar propio e incluso se animan a decir que habrá canciones nuevas cada seis meses.
Escuchá a Obelisco en plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Tidal, Apple Music).