En la norteña ciudad de San Miguel de Tucumán surgió una especie de superbanda del indie pop nacional. El proyecto germinó por iniciativa de José Villafañe (músico de Luciana Tagliapietra) y Paulo Vera (ex Jóvenes Lechuzas) y para sus puestas en escenas son acompañados por Mariano Sansierra, quién también ha participado en las bandas anteriormente citadas junto a José y Paulo, así como también toca con ellos Marcelo Piñero (de Estación Experimental) y Agustín Goytía (de Michael Stuar).
Un pop rock sensible y dominado por guitarras armónicas es lo que más marca la línea sonora de esta propuesta, mientras que su estética evoca jornadas de nostalgia y dilemas emocionales, pero a la vez apacibles, como para tomar un té mientras se espera el atardecer. Su impronta general rememora grandes placas de la escena alternativa nacional como 17 canciones para autopista de Pérez o La danza de los principiantes de Mi Amigo Invencible.
Cada una de las seis canciones de su álbum debut autotitulado narra desde su letra historias de planes, encuentros y decepciones protagonizadas por curiosos personajes como “unas chicas pálidas en la terminal” que “usan pantalones cortos y zapatos de plástico” en “Bailando Vaporwave”, corte que abre este disco; mientras que hay una invitación a salir de la incertidumbre y vivir un romance en “Affaire”, que en pocas frases traduce bastante bien esa intención al cantar: “Voy a ocupar estos espacios/Y sonar como un trombón/Tengamos un affaire/O no sepamos bien qué hacer”.
Tales tracks en definitiva narran episodios bastante concretos que suelen vivirse al comienzo de la adultez y con los cuales es fácil sentirse identificado. Aquello queda confirmado más adelante con una canción como “Los años del pantano” que maneja un ritmo más lento y algunos arreglos cercanos a un blues bastante ligero y reflexivo. Después llega “La alimentación general” que también tiene un tono de balada narrativa y cautiva con su elegancia a nivel sonoro.
El cierre de esta producción arriba con “Las increíbles cosas” que de igual forma se mueve entre guitarras lánguidas y melancólicas y versos delicados, aunque cerca del final retoma un ritmo bastante dinámico para ofrecer unos últimos compases mucho más animados.
Esta ópera prima que fue masterizado en Orange Sound Studio por Leonardo Checchia, y cuyo arte de tapa fue diseñado por la ilustradora Carla Grunauer, fue publicado hace poco más de una semana en YouTube y Bandcamp, desde donde se puede disfrutar de principio a fin.