Pumba Soundsystem es el proyecto solista de Hugo Buehh, productor audiovisual de Adrogué, Buenos Aires, que en enero presentó físicamente Debut, su primer disco, lanzado en la web en 2013. El álbum cuenta con las participaciones de Tomás Stagnaro (cantante de Guerra de Almohadas), Le Premier Enfant y Chico Ninguno. Además, ha superado la docena de remixes a cargo de artistas de sellos amigos como Casa del Puente y Triple RRR Discos, entre otros.
A poco menos de un mes de su próxima presentación en vivo y en pleno trabajo de lo que será su próximo disco, Hugo Buehh habló con Indie Hoy.
¿Cuándo y cómo nació Pumba Soundsystem?
Empecé con Pumba a finales de 2010 como una salida solista y de emergencia a la disolución de la banda en la que tocaba por aquel entonces, por suerte terminó convirtiéndose en una solución. Empecé a hacer algunos demos con un sonido muy distinto al que se me venía acostumbrado a asociar y empecé a sentirme cómodo en ese plan, era la primera vez que me sentía tan libre como para encarar un proyecto para el lado que quisiera. Cuando me quise dar cuenta, tenía más de una veintena de canciones mezcladas asi que seleccioné diez y me propuse terminar de darles forma hasta que salga un disco que pudiera representarme y se la banque por sí mismo.
El concepto fue mutando y llenándose de matices que me interesaban, como la posibilidad de guionar y dirigir mis propios videoclips y diseñar el arte de tapa para el disco y los singles que se estaban por venir, eso también devino en la apertura de Fax, una pequeña productora independiente de contenido audiovisual, por lo que no dudé en dejar que todo fluyera naturalmente y mis proyectos se complementaran entre sí.
¿Cuáles son tus mayores inspiraciones a la hora de escribir?
El placer y la congoja de lo cotidiano, las moralejas del amor, las dualidades de la mente, las teorías de la conspiración, el drama de lo caótico, las noches interminables y la vida de conurbano.
¿Qué es lo que más te atrae de experimentar con la música?
La música es la única rama artística con la que siento que puedo elevarme a un nivel más allá de mi cuerpo y mis quilombos, aunque la realidad es que me terminé metiendo en ella porque buscaba un refugio para mis escritos. Escribo canciones desde los 12 o 13 años y los instrumentos musicales llegaron a mí mucho tiempo después, mi verdadera labor siempre fue escribir canciones y refinar mi síntesis narrativa, de hecho soy bastante obsesivo y meticuloso con eso. He pasado por infinidad de etapas compositivas desde que empecé a escribir, desde estilos más barrocos y oscuros hasta estilos más sencillos y urbanos, como los que manejo ahora. Por más o menos instrumentos que toque y mezclas que produzca, mi verdadera pasión siempre fueron y serán las letras.
En lo que se refiere a la ejecución de la música en sí, la versatilidad con la que puedo mutar de un género a otro sin necesidad de categorías que me encasillen es algo que en verdad me puede y trato de tener siempre presente en mis trabajos, si tuviera que elegir un único estilo en particular para desarrollarme musicalmente me sentiría sumamente limitado y decepcionado de mi mismo.
¿Cómo fue la experiencia de grabar, mezclar y producir el disco?
Buenísima, super positiva, fue un proceso fuertemente autogestivo y autodidácta que me tomó casi dos años y en el que aprendí casi todo lo que tenía que saber para poder producir un disco. En un momento tuve que plantarme y lanzar el material porque sino seguía perfeccionándole detalles, llegué a una instancia en la que creí que me volvía loco porque me había obsesionado con las mezclas y en cómo poder inyectarle a las canciones una personalidad que pueda representarme lo más fielmente posible. En retrospectiva creo que lo logré y me siento por más orgulloso de eso; aun así, mis métodos son menos ortodoxos que los métodos que utilizan los productores en general, eso no quita que el resultado siga siendo de una muy buena calidad y a la vez funcional a las necesidades que se me planteen, en el momento en el que grabé el disco no necesitaba ni quería grabar en un estudio lujoso y caro o pagarle a un productor artístico para que me mezclara, corría riesgo de que la visión que yo tenía para las canciones se contaminara y terminara regalando la guita porque sí.
Mi concepto de producción va por otro lado, prefiero tener huevos e ideas más que dinero y modismos. Con conocimientos, huevos e ideas podés hacer lo que sea y si te lo proponés, te lo tomás en serio y lo laburás, va a sonar divino igual.
¿Cómo definirías el sonido de Pumba? ¿Cuáles son tus mayores influencias?
Pumba es un collage gigante en el que los géneros varían constante y versátilmente dentro del universo que es el pop. Lo escuchás y no sabés si es hip hop, si es kraut, si es dub… Pumba es pop fusión y el álbum tiene una marcada tendencia al synthpop ochentoso pero con estética fluor y noventosa con mucho barrio encima, las canciones viven una utopía en la que el conurbano es una guerra de breakdancers que usan sneakers usadas.
Tal vez Beck sea lo más parecido a nivel concepto y utilización de recursos y samples, y aunque las influencias son muy dispares, se encuentran muy bien hiladas entre sí.
Mis gustos varían según lo que escucho y encuentro, cuando compuse el disco estaba a full con el hip hop de la vieja escuela y la música breakin (Willesden Dodgers, Afrika Bambaataa, Ollie & Jerry, Firefox) hoy por hoy estoy muy metido en la música disco y el synthwave, desde lo clásico (Imagination, Cameo) hasta el revival que hay ahora en sellos internacionales de vanguardia (Keats Collective, Heavy Disco Records), de hecho los temas nuevos para el segundo disco de Pumba están teniendo mucho de eso.
¿Qué opinás acerca de la escena under nacional?
Salvo varias excepciones, al under local no le creo nada y una gran parte de su sistema no cesa de sobrevaluarse. Lamentablemente, esas son las reglas del juego y hay que jugarlo con mucha inteligencia, perseverancia y música.
¿Una banda?
Primal Scream
¿Un disco?
Maniac Meat de Tobacco
¿Una canción?
“Get Higher” de Black Grape