The Dare apareció en nuestro radar hace muy poco tiempo por ser el productor del hit de Charli XCX, “Guess”, el cráneo detrás del himno clubbero “Girls“, y uno de los twinks más llamativos de la escena de pop actual. Nacido en West Hollywood pero crecido y criado en Woodinville, Seattle, Harrison Patrick Smith entendió desde chico qué era lo que quería: plantarse como el rechazo a lo convencional.
Descrito por sus amigos como un tímido melómano de pura cepa, Harrison siempre fue un chico indie en potencia. En 2014, mientras transitaba su adolescencia más prematura, se mudó a Portland para estudiar literatura inglesa y dar inicios a su primer proyecto musical, Turtlenecked, una oda a las zapatillas Converse sucias, el delineado smokey eye, las remeras estampadas de bandas de culto y los borcegos Dr. Martens indestructibles. En este proyecto, Smith desplegó todo lo que sabía y quería demostrar, pero en sus palabras, el proyecto se volvió demasiado pretencioso y su búsqueda, ahora, es otra: entretener. Turtlenecked nace producto de la ambición y la pretensión que surgían en él por ser alguien, y brindarle canales de manifestación no fue fácil.
Durante el día, Smith trabajaba como maestro suplente en una escuela privada, por la media noche era camarero y por la madrugada se permitía el goce y la experimentación en la fiesta del Lower East Side, Freakquencies. En sus canciones encontramos letras y sonidos enroscados que disparan contra la política, el patriarcado y la masculinidad frágil, pero también, algunas puntas de lo que reciclaría con su actual alter ego, The Dare. De soportar las burlas de sus alumnos, trabajar en bares y hacer música escondido de su roomate, a musicalizar las afterparties de Gucci y Celine, producir para Charli XCX y ser reconocido como una de las figuras del renacimiento de la estética “indie sleaze”, ¿qué pasó en el medio?
El paso de buscar una profunda complejidad conceptual a pausarla en seco para redireccionar en un sentido totalmente opuesto sucedió en la pandemia. Harrison se encontraba en una situación similar a la mayoría de los artistas: al no saber realmente qué venía después, su práctica primordial era encerrarse en su cuarto a crear maquetas, mezclar y empaparse de información sobre los artistas que le gustaban sin fines prácticos cercanos. Una noche más e inspirado por “Some Girls” de los Rolling Stones, creó el hit que lo catapultó directo a New York a codearse con sus mayores inspiraciones estéticas y musicales: “Girls”.
Si bien Harrison llegó a tocar esta canción y el siguiente single, “Bloodwork” en shows de Turtlenecked, nunca los publicó bajo ese seudónimo porque intuía que ahí había algo nuevo, diferente. Así, tomar conciencia de que su impronta ahora eran otra y que su público lo reconocía no como Harrison ni Turtlenecked, sino como The Dare, fue el puntapié para todo lo que se está gestando ante los ojos de quienes seguimos sus pasos. Tanto “Girls” como “Bloodwork” fueron publicados bajo su seudónimo The Dare, y todo lo que vino le permitió pararse erguido como ‘’un rechazo a los últimos cinco años de música’’ que, según él, habían sido extremadamente serios.
Si bien en marzo del año pasado publicó “Good Time“, el segundo adelanto de lo que sería The Sex EP (2023), muchos nos adentramos en su universo producto de la intriga que nos produjo su figura en el Boiler Room de Charli XCX en Berlín. Al ahondar en su nombre y en su corta discografía, encontramos un despliegue de las palabras que nos remite directo a los inicios de LCD Soundsystem, y que nos llevan desde Peaches hasta The Rapture, todas ellas inspiraciones que él mismo reconoce. Pero ahí latía por sí sola una pregunta: ¿por qué nos llamaba la atención ese muñeco de traje y gafas de sol en una noche tan oscura y eléctrica como esa?
Las modas son cíclicas: aquellas prendas que creíamos muertas y enterradas como el tiro bajo, las bandanas y las riñoneras, todas ellas están de vuelta, y la estética indie sleaze aparenta no ser la excepción. Las notas de esta movida -que le guiña los ojos al electroclash, al dance punk y al look de bandas como The Strokes y MGMT– son una romantización de las drogas sintéticas, los cigarrillos y las prendas de vestir elegantes combinadas con otras sucias y rotas.
En el segundo Boiler Room de Charli XCX, las figuras de ambos bailaban en sus mundos aislados pero confluidos, logrando captar nuestra atención porque sus looks y actitudes resaltan una impronta estética que entiende mucho de no querer ser nada y simplemente ser. Michael Kors y Céline son algunas de las marcas de renombre que apuestan a esta vuelta, y los ejemplos están a la vista, desde Sky Ferreira hasta Addison Rae y Emma Chamberlain. Pero ¿qué tiene que ver esto con Smith? Justamente, que todo ornamenta su búsqueda de devolverle el sentido al artificio de la música indie.
Todo movimiento necesita un himno y “Girls” se planta como el manifiesto ácido repleto de sintetizadores que conquista en las fiestas con un estribillo directo. Para quienes habitan la noche de manera permanente, “Girls” marcó un antes y un después a pesar de no estar en el loop de plataformas como TikTok o Instagram. Así, Harrison se planta como el artista promesa del momento y ejerce micropolíticas para patear el tablero que pretende pautar una agenda política para la música.
Escuchá a The Dare en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).