A muy temprana edad, Ryan Woods develó su talento frente al público que frecuentaba la iglesia todos los domingos. En paralelo, la escuela fue un refugio ventajoso para desarrollar cabalmente la pasión de un niño ambicioso, con programas que dictaban conocimientos musicales y una agenda abierta a organizar conciertos familiares.
Una vez dentro de la banda estudiantil, Woods aprendió a tocar instrumentos de percusión y luego afiló su ingenio melodioso agarrando por cuenta propia el piano y la guitarra. Esa formación pueril le proporcionó beneficios repentinos al llegar a la adolescencia: con apenas dieciséis años fue descubierto por un representante mientras transmitía un concierto en la aplicación YouNow. De ahí en adelante crecer profesionalmente era el único destino.
Focalizado en hallar una fórmula a lo Justin Bieber y Shawn Medes, el joven originario de Altamonte Springs, Florida comenzó a compartir en las redes sociales una serie de registros audiovisuales que exteriorizaban su singular condición de vocalista. Sus deseos no tardaron en concretarse: esos videos amateurs, de la noche a la mañana, se volvieron virales. Al poco tiempo, una masa virtual reclamaba expectante más interpretaciones de Ryan Woods.
Tras la repercusión que causaba su nombre, el joven artista utilizó SoundCloud como el soporte de sus primeras composiciones. Recién a mediados de 2020 apareció en Spotify y Apple Music “Bad Texter”, el primer single del estadounidense que fusiona un melodía jubilosa con una historia de confusión y desamor. Le sacó provecho a las posibilidades expansivas que brindan las plataformas de streaming con There’s No Insurance For a Broken Heart (2020), un EP que une sus tres lanzamientos iniciales: el debut mencionado, la deleitante “Pillow” y el ensoñador tema homónimo.
Ni bien comenzó el 2021, Woods repitió la pretensión antecesora y volvió a recopilar sus canciones en un mismo repertorio pero con un bonus track en la apertura. Titulado How I’m Feeling, el cantautor veinteañero explicó desde su cuenta de Instagram que se trataba de un proyecto completamente producido por él mismo y lo describió como “una oda a la depresión y la ansiedad”, específicamente al momento de “comenzar a ver y sentir la oscuridad del mundo de primera mano como un adulto”.
Siguió ampliando sus horizontes al colaborar con su compatriota Jordana en el single “Doubt of Revival”. Cuando creíamos que reciclar lo reciclado ya era labor en vano, Ryan demostró cuán equivocados podíamos estar: en abril publicó King of the Basement, el álbum que refuta cualquier intento desganado por disfrutar la reiteración.
Conformado por siete piezas, el debut discográfico desenvuelve toda la elegancia del bedroom pop con pinceladas folk y guiños sintetizados a la década del 80. Influenciado por la música de Queen, Bruno Mars y John Mayer, Ryan Woods ahoga sus penas en melodías emotivas y placenteras con el objetivo de sumergir al oyente en una fantasía radiante, desde “The Friend Space” hasta “King of the Basement”.
Mirá el video de “How I’m Feeling” a continuación y escuchá a Ryan Woods en plataformas de streaming (Spotify, Apple Music).