Hace un poco más de un año, apareció en Spotify una canción llamada “Manglar” que al poco tiempo ya estaba encabezando playlists en la plataforma y se presentaba como una revelación silenciosa dentro de la escena independiente colombiana. Su sonido era selvático, repleto de beats houseros, una voz casi ritualística y cadencias raizales. El nombre de la banda, al igual que el del chico perdido de El libro de la selva, era MOÜGLI.
Se trata de un proyecto emergente basado en la ciudad de Bogotá y con fuertes influencias de artistas que han liderado la movida electrotropical de los últimos años como Bomba Estéreo y Mitú. Las cabezas detrás de esto son Samuel Lizarralde y Juan Pablo Delgado, un par de productores que encontraron en la selva, los manglares y el altiplano, la base sonora que reunirían con elementos de la electrónica más minimalista y downtempo, abriendo nuevas posibilidades para encender la pista de baile.
El pasado 11 de agosto, después de varios meses de expectativa, MOÜGLI se lanzó al ruedo definitivamente con Lado A, su primer EP de cuatro canciones que le canta a la naturaleza viva, al amor y se la juega por seguir explorando la bien llamada electrónica sudaca.
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