Después de tocar por todos lados con Ruido Rosa, la power band de chicas que hace unos años enamoró a la escena mexicana, Carla Sariñana dejó de ser “la bajista” y se convirtió en “la banda”. Con la inquietud de darle forma a sus propias canciones y deseosa de encontrar el color exacto de su música, Carla se fue a Los Ángeles con nuevas metas.
Allá pasaron muchas cosas: continuó con sus clases de canto, se rodeó de nuevos músicos y formó una nueva banda. Terminó de componer las canciones que traía bajo el brazo desde México y finalmente regresó como Silver Rose.
Después de lanzar tres demos en internet, Carla se dio cuenta de que había encontrado su sonido y de a poco fue soltando los singles que anunciaban que 206, su primer EP, tenía todo para convertirse en una de las más gratas revelaciones de este año.
Así, las seis canciones de 206 deambulan entre un synth pop rosa, un shoegaze más guitarroso y unas letras que, a veces en inglés y otras en español, hablan de amor y corazones rotos de la forma más popera posible.
Si buscás el soundtrack para tu próxima aventura amorosa, ya lo tenés. Además de ser lo más sincero que te puedes encontrar, las canciones de Silver Rose son un exitoso ejercicio de composición de un músico buscando salirse de “la banda” para encontrarse a sí mismo.