Pocas corrientes sonoras son tan versátiles como la del trip hop. Y es que ese subgénero nacido en Inglaterra durante los ’90 fusiona elementos de corrientes tan disimiles como el jazz, el hip hop y la electrónica. Si bien no es un estilo muy popular en Latinoamérica, es posible encontrar dignos exponentes contemporáneos en la región. Dentro de ellos, destacamos a The Fear Of Being Offline (The FOBO), un septeto conformado en la localidad bonaerense de Ingeniero Maschwitz.
La banda nació en 2016 y el nombre elegido para la misma hace alusión a una patología de orden psicológico, un miedo cuya opresión solo es posible en esta era post-digital y de plena dependencia tecnológica.
De cualquier forma, lo que nos encontramos al darle play a sus canciones es una propuesta plagada de sutilezas. Tintes de acid jazz y scratches de vinilo se despliegan en su EP debut autotitulado, cuyo arte de tapa es obra de Luis Baumann (Dellamore).
Asimismo, una garbosa voz femenina entrega reminiscencias de artistas como Portishead. Por momentos, sus tracks transitan pasajes llenos de ansiedad y confusión, honrando de cierta forma el título de la banda. Sin embargo, también se ofrecen transiciones que exudan energía urbana y un ánimo seductor; sobre todo en los temas como “Coolest Girl in Town” y “Sixty Four”.
Más adelante, los músicos se arriesgaron a una nueva versión de su corte “TRK 2” de la mano del ingeniero de sonido Sebastián “He-Man” Klappenbach. Esa intrépida sesión, cuyo resultado es una incursión en el dubstep, cuenta además con un registro en video.
Otro aspecto a destacar sobre la propuesta de Nacho Galván Vera, Skay Parnes, Pablo Quintas, Michelle Harvey, Caetano Parnes, Facundo Picciani y Joaquín Peduzzi, es la calidad de sus puestas en escena. Al tratar temas de compleja interpretación, la formación se tomó varios meses para poner a punto su show en vivo. Es por ello que su primer recital recién fue brindado a fines del año pasado.
Pero, como bien anotó el excéntrico y honesto Frank Zappa hace años, es probable que escribir acerca de música sea como bailar sobre arquitectura; así que te invitamos a escuchar sus canciones y sacar tus propias conclusiones, o bien, ir a verlos en unas semanas en el Festival Anti-ego.