Desde Organya, un pueblo a dos horas de Barcelona, el músico y productor argentino Federico Randall publicó su EP Migración Inka bajo su pseudónimo The Peronists. Inspirándose en las montañas y el entorno rural en el que vive, compuso las canciones que editó junto al sello catalán Folclore Records.
El músico tucumano se radicó hace dos años en este pueblo para poder profundizar en el parapente, su otra pasión. Había dejado de lado su faceta musical por un tiempo hasta que en septiembre del año pasado fue convocado para formar parte del Festival Visual Brasil que se realizó en Barcelona. En este reencuentro con la música surgieron nuevas canciones y la necesidad de volver a producir.
El campo, con menos acceso a la información y con distracciones naturales que alejan del bullicio urbano, le permitieron a The Peronists reinventar su sonido vinculado a la cumbia electrónica. Migración Inka propone un viaje entre la música andina que parte desde la calma con “Shasta” (en alusión a la mágica montaña americana), una canción inca-ambiental con charangos y mucho delay. “El recurso” se adentra aún más en el sonido indígena del disco, con épicas melodías de viento, para dar paso a la parte alta del disco con “Selvático”, una cumbia amazónica urbana, bailable y poética al mismo tiempo que cuenta con la voz de Morita Vargas. La andadura finaliza en un lugar calmo y culminante con el track en plan hip hop lo fi que lleva por título “Timing”.
El arte de tapa del disco fue diseñado por su compatriota tucumano Ignacio Stesina, conocido en el mundo artístico como Cuore. Juntos fueron parte de una escena alternativa a principio de los 2000 en su provincia natal, uno animando la noche como músico y el otro en las paredes de la ciudad como parte de la crew de grafiteros UQZ.
Como a todos, el confinamiento afectó los planes de Federico: “Estaba viviendo en un camping en una caravana, me tuve que ir porque estaba prohibido quedarse ahí. Fue heartbreaking, la verdad no quería irme de ahí, dormía en el medio de la naturaleza, al lado de un río, podía descansar por las noches, disfrutando de paisajes y estrellas. Incómodo pero muy pacífico”, recuerda. Primero fue a parar a lo de un amigo que lo ayudó a pasar el shock. Luego, una señora con “alma de diamante” le ayudó a conseguir un departamento para quedarse y estabilizarse pese al complejo panorama. Esos días en la ciudad se aprovecharon para hacer los últimos ajustes a Migración Inka para finalmente ser publicado en el mes de junio, como un bálsamo para el panorama negro que brindaba la pandemia.
Escuchá Migración Inka en todas las plataformas de streaming (Bandcamp, Spotify, Apple Music, Soundcloud).