La música es un nexo conector entre la mente y los sentimientos humanos. Es la forma de entender lo que nos pasa, poner en palabras eso que no sabemos expresar. Está intrínsecamente conectada con las emociones que experimentamos al momento de dar play. Gran parte de este vínculo natural entre las canciones y lo que pasa en nuestro interior se rige por las letras que, explícita o implícitamente, cuentan historias que nos tocan en lo personal. Pero, ¿qué pasa cuando la canción no tiene letra?
Viejo es una banda instrumental que se formó por curiosidad y urgencia. Sus miembros, Pola Huarte (guitarra), Darío Ciubotariu (bajo), Javier Guaschetti (guitarra) y Matías Salguero (batería), se conocieron a través de Twitter. Todos músicos pero desconectados de esa pasión en común, decidieron juntarse por primer vez a tocar y el resultado fue una química innegable. Pero a pesar de la sorpresiva magia que vivieron en este primer encuentro musical, la propuesta de un grupo instrumental ya daba vuelta por sus cabezas, así como el nombre de Viejo. A partir de ahí, todo fue en subida. A través de un proceso que se dio naturalmente por la fuerza de la música, comenzaron a crear sus primeras canciones y en un año ya tenían su primer disco: La conquista del fuego.
Detrás de este título se encuentra la significación del fuego. Este elemento está presente en todo el recorrido de la historia de la humanidad: como combustible, como refugio, como parte del ritual, es un símbolo de destrucción y de renacimiento. Su conquista implica una lucha del hombre. La idea del primer trabajo discográfico de Viejo es un mash-up entre la épica de la historia argentina y la conquista del espacio. La conquista del fuego es la historia de una tribu abandonando su tierra en busca de un nuevo lugar. La banda confesó que piensan las canciones como pequeñas películas. No son casuales los nombres ni el orden de las canciones, tampoco el nombre de la banda, todo es parte del concepto que decidieron representar.
La conquista del fuego será presentado el viernes 31 de mayo en el Centro Cultural Richards (Honduras 5272, CABA), donde se vivirá lo que la banda promete será una “una comunión de momentos inolvidable.” Pola, quien es el capitán de esta nave, tuvo siempre en claro que Viejo iba a ser más que una banda: “La idea es que te comas un viaje, que conectes con la música”, explicó. Siendo la estética algo muy presente en los integrantes, los chicos de Viejo piensan una puesta en escena donde ellos pasen a segundo plano para que la música y las proyecciones sean protagonistas. “Nuestra propuesta y nuestro mayor desafío es contar una historia sin ninguna palabra”, afirma Pola. A pesar de que es su cuarta presentación en vivo, esta fecha significa un nacimiento, la presentación de lo que son como banda y de la experiencia que vienen a ofrecer a la escena musical, tanto nacional como internacional.