Ca7riel y Paco Amoroso son sinónimo de exceso y desparpajo, y su nuevo EP Papota es la confirmación de que el dúo no piensa jugar bajo las reglas de nadie. Con una mezcla de sonidos que van desde el techno al percusionismo extremo, el reciente proyecto del dúo argentino funciona como una radiografía brutal de la fama, con toda la toxicidad, ironía y cansancio que conlleva.
Una sátira afilada a la fama y su vacío existencial
Desde el primer track, Papota se posiciona como una parodia despiadada de la cultura del éxito. Con letras que oscilan entre el absurdo y la crudeza, Ca7riel y Paco exponen los vicios de la industria: la ostentación desmedida, la vida rápida y el sinsentido de la idolatría. No es un disco que glorifica el éxito, sino que lo desarma en clave de chiste ácido, como quien ya lo vio todo y sabe que, al final, no hay mucho más que ruido y repeticiones.
El sonido como manifiesto de caos, euforia y clase
Papota es un cóctel delicioso y excéntrico que explota en la cara con mucha clase: sintetizadores finos, beats pulidos y un diseño sonoro que parece pensado para provocar una sobredosis de estímulos. A lo largo del EP, el dúo juega con géneros y texturas como si la coherencia fuese un capricho innecesario. Cada tema es una miniatura del exceso, la sobreestimulación y la cultura del hashtag diseñada de la mejor manera para ser un golpe de adrenalina.
El hartazgo como motor creativo
En entrevistas, Ca7riel y Paco Amoroso comentaban que “se metieron a hacer pop” porque hacerse los rudimentarios y complejos no les rendía económicamente (en criollo: querían hacer guita). En ese sentido, desde Baño maría y su Tiny Desk hasta acá, se gesta una obra que ornamenta un mensaje claro: estamos adentro de la industria y estamos en los charts, nos movemos con artistas y modelos de renombre, pero no transamos con la fama.

Papota se construye entonces como una sátira, o bien una crítica cómica, al mundo en el que tuvieron que adentrarse para poder vivir de esto. En un mundo donde la presión por mantenerse relevantes y las exigencias de la industria imperan, la única solución es la amistad.
Un recordatorio de que todo es una farsa (y está bien que así sea)
En su esencia, Papota no busca dar respuestas, sino exponer el sinsentido del mundo mediático con una sonrisa torcida. La fama, la música, el show: todo es parte de un mismo circo, y Ca7riel y Paco Amoroso no solo lo saben, sino que lo abrazan con entusiasmo. Una suerte de filosofía del “estar pero no ser”. Al final, el EP es una gran burla, pero también una invitación a disfrutar el absurdo sin culpa, a perder el vértigo y a entender que la manera de sobrevivir al caos es, tal vez, simplemente reírse de él.