El 2 de junio, el trío británico lanzó su nuevo álbum Relaxer, su tercer trabajo luego del debut de An Awesome Wave (2012, Atlantic Records) seguido por This Is All Yours (2014, Infectious Music). El diseño de tapa estuvo a cargo del artista japonés Osamu Sato; es una captura del juego LSD: Dream Emulator que Sato creó para PlayStation en 1998.
A principios de marzo, alt-J dio a conocer 3 singles promocionales de su nuevo álbum: “3WW”, “In Cold Blood” y, el más reciente, “Adeline”.
alt-J se formó en 2007 en Leeds, Gran Bretaña, y está integrada por Joe Newman (voz principal y guitarra), Thom Sonny Green (batería) y Gus Unger-Hamilton (teclados y voz). Los sonidos con los que han estado experimentando desde sus inicios demuestran que, indudablemente, tienen un estilo único a la hora de componer y producir. Uno de los géneros con los que se identifica a la banda es folktronica, que combina instrumentos acústicos y sintetizadores.
Relaxer se invita a descubrirlo con “3WW”. La intro nos presenta la cadencia intrigante de su ritmo hasta que la voz pelada de Gus, el tecladista, nos cuenta: “There was a wayward lad, stepped out one morning” y vuelve a irrumpir “The ground to be his bed, the sky his awning”. Así comienza esta historia, con un chico rebelde que sale de viaje al campo para encontrarse a sí mismo.
Una seguidilla de acordes abren el estribillo con la frase “Oh these three worn words”. Me quedé pensando. “Three worn words”… 3WW, como dice el título de la canción. Googleo a ver qué quisieron decir con esto y significa “las tres palabras más usadas”, haciendo referencia a “I love you”. Y el estribillo sigue con una frase que resume el mensaje de la canción: “Let me whisper like the rubbing hands of turists in Verona”. Sí, volví a googlear. Esta última frase habla de la estatua de Julieta, de la obra de Shakespeare, en la Casa Di Giulietta en Verona, Italia, que con el tiempo fue deteriorándose por la visita de los turistas que cada vez que van, frotan sus manos en las manos de la estatua como símbolo de buena suerte en el amor, en un intento de vivir una historia de amor casi tan intensa como la de Romeo y Julieta. Y esta parte termina con la confesión sincera de Joe, el cantante: “I just want to love you in my own language”. Una canción que refleja la búsqueda del autoconocimiento y el camino que uno recorre en busca del amor… por más cursi que suene.
“In Cold Blood” definitivamente es el tema más cinematográfico. Es el segundo single promocional y muchos fans opinan que describe la diversión descontrolada de una pool party que en realidad refleja cómo la sociedad tiende a ver el verano como el único tiempo de placer, mientras que la realidad puede ser bastante dura. Por supuesto, si escuchamos el audio podemos pensar esta teoría, pero luego vemos el video en YouTube y la verdad es que nos desconcertamos un poco. Esto es lo fascinante que tiene la banda, son impredecibles, todo tiene un significado, a veces muchos.
El álbum incluye también una versión del clásico de The Animals “House Of The Rising Sun” con un verso y estribillo originales compuestos por Alt-J. La cuarta canción del álbum, “Hit Me Like That Snare”, es la más rara, pero en el buen sentido. Es la primera vez que los escuchamos experimentar tanto. Arranca con el ritmo del cencerro y unos gritos que aúllan desde lejos, siguen frases picantes como “Come closer, baby, slap me like that snare” y mientras tanto, nos hipnotiza con el beat sintético. Nos acercamos al final y escuchamos los primeros nueve números en japonés “Ichi, ni, san, go, roku, nana, hachi, kyu, jyuu”. Todo muy raro… pero no deja de ser interesante.
Seguimos recorriendo el álbum y nos encontramos con temas como “Adeline”, que nos cautiva mientras cuenta la historia de un demonio de Tasmania que se enamora de una mujer mientras la mira nadar, y cómo este se da cuenta que no puede estar con ella. La última del disco, “Pleader”, arranca con 40 segundos de silencio, nos intriga hasta que suenan los acordes disonantes de la guitarra acompañados por el punteo del violín. Es el tema que cierra el álbum y ¿qué mejor manera de cerrarlo que convocando a todos los instrumentos? Coros, guitarra, violín, piano, sintetizadores, percusión… y así termina, bien clarito: “How green, how green was my valley?”
El público que por alguna razón se encuentra con la música de alt-J, se divide entre los que la escuchan y la quieren seguir descubriendo, y los que todavía no la terminan de entender. La cantidad de significados escondidos y metáforas que esconde Alt-J no sólo en sus sonidos sino también en sus letras y videoclips, los convierte en una de las bandas indie más influyentes del último tiempo, siempre creciendo y experimentando con estilos musicales nunca antes escuchados.
alt-J – Relaxer
2017 – Atlantic / Infectious
01. 3WW
02. In Cold Blood
03. House of the Rising Sun
04. Hit Me Like That Snare
05. Deadcrush
06. Adeline
07. Last Year
08. Pleader