El pop punk está de vuelta en el mundo mainstream. Estamos en 2022, pero constantemente sentimos que regresamos en el tiempo a cuando escuchábamos blink-182, Paramore y todas esas bandas que acompañaron nuestra adolescencia. En este momento, artistas como Olivia Rodrigo, Machine Gun Kelly y Willow reviven el sonido que nos recuerda a nuestra juventud en los 2000. Y con ellos, una persona decidió volver a hacer música después de años sin trabajar, un divorcio y su diagnóstico con la enfermedad de Lyme. No, no es Travis Barker, sino Avril Lavigne con Love Sux.
Terminar una relación con alguien muchas veces hace que nos convirtamos en personas inmaduras y alejadas de la realidad, hasta el punto en el que nos volvemos a comportar como adolescentes y publicamos cosas en nuestras redes sociales para mostrar lo heridos que nos sentimos. Love Sux es la muestra de eso. Lavigne regresa con un sonido similar al de The Best Damn Thing (2007), aunque mucho más pop punk y atrevido a diferencia de sus primeros LPs que se acercaban más al pop rock de Alanis Morissette. La artista canadiense suena tan juvenil y divertida como lo hacía en su época dorada.
El disco fue un trabajo en conjunto con John Feldmann, productor y compositor de bandas como Good Charlotte, All Time Low y Korn, por mencionar algunas. Según cuenta Lavigne, Love Sux no podría haber sido creado si no fuese por Mod Sun, su pareja desde hace un par de años, y Barker y Machine Gun Kelly, quienes aparecen en sus créditos, al igual que otros colaboradores como Blackbear y Mark Hoppus, vocalista y bajista de blink-182.
A pesar de que existan otras personas haciendo lo mismo que ella en este momento, Avril le agrega algo distinto al mix, con melodías que no suenan igual a ninguna otra y tampoco intentan ser un plagio de algún himno icónico de pop punk, como se suele decir acerca de sus contrapartes. Cuando la explosiva “Cannonball” da inicio al disco, su voz suena igual de poderosa como hace veinte años, y Lavigne continúa explorando diferentes ritmos en canciones como “Bois Lie“, “Bite Me” y “Love Sux”.
Sin embargo, todos los colores y la diversión que están presentes en la producción faltan en las letras. “I keep killing Cupid/ Shot an arrow in my exes, this is my confession” o “Don’t call me baby/ I love it when you hate me” suenan a frases que diría uno de los adolescentes de Euphoria mientras llora por su novio de un día o después de haber regresado con él luego de haberse separado por tres horas. Suena a que Lavigne no puede conectar o expresar sus sentimientos de una manera madura como lo pudo hacer en sus dos primeros discos, creados cuando ella era menor de edad. Quizás sea el resultado de intentar conectar con la generación actual tanto como lo pudo hacer con las anteriores, o con nuestros niños interiores que simplemente no quieren entender o sentir, sino ocultar lo que les duele.
Love Sux nos muestra que en el fondo, la mayoría del tiempo, el espíritu de la juventud sigue vivo en todos nosotros, así tengamos cuarenta o cincuenta años. Podemos seguir reptiendo clichés superficiales y Avril Lavigne puede seguir teniendo la misma chispa que cuando comenzó. Así no sea su mejor material, Love Sux demuestra que, diga lo que diga, ella es la reina del pop punk.
Escuchá Love Sux de Avril Lavigne en plataformas de streaming (Spotify, Tidal, Apple Music).