A ocasos de la década del noventa apareció en el reservorio internacional de cultura POPular, un divertido, irreverente e intrascendente producto cinematográfico llamado Jawbreaker. La película, dirigida por Darren Stein y protagonizada por la sublime Rose McGowan (cuenta además con la participación de Marylin Manson y The Donnas), relata con tintes satíricos y una estética casi trash una sórdida historia de envidia, perversión y clasismo estudiantil en el recurrido ámbito de secundaria yanqui. La encendida historia inicia con una fallida broma de secuestro entre el grupo de chicas populares de la institución que termina con la trágica muerte de la inmaculada estrella del lugar (asfixiada con un inmenso caramelo redondo con el nombre “Jawbreaker”). Durante el resto del film, el trío de “hotties” restantes debe sortear la forma de desvincularse del asesinato de su amiga a través de vertiginosas y cuestionables decisiones: un devenir de eventos y emociones similares a los que evoca el video de “Wednesday Night Melody”, uno de los cortos del nuevo disco de Bleached. La asociación entre ambos aparatos culturales es instantánea, tal como la consecuente vinculación entre el nombre de la película y el efecto que causó en mí escuchar Welcome the Worms, un verdadero Jawbreaker en la corta discografía de la banda.
Utilizo la palabra Jawbreaker para remitir a la construcción que describe un estado de sorpresa excesivo (quedar con la boca abierta), pero de una manera más violenta e impactante. En dicha connotación Welcome the Worms es un verdadero Jawbreaker porque se separa cualitativamente de todo lo que las hermanas Clavin y sus acompañantes hicieron hasta entonces. Impacta, ante todo, porque desafía la mala costumbre de pretender encontrar el sonido intrínseco de una banda y encasillar sus potencialidades o limitaciones desde ese lugar. El segundo disco de Bleached es una reinvención de estímulos que colisiona y simultáneamente enaltece la propuesta inicial de la banda: una jocosa combinación de girl power y desenfreno en un acercamiento casi hímnico al verano de la costa oeste norteamericana.
Urgencia disruptiva desde el necesario comienzo: “don’t think about yesterday cause’ I really want you today” exclama Jennifer Clavin en el pegadizo opener “Keep on Keeping On”. El alcance casi gutural y amenamente forzado de su voz impone el tinte de explosividad e indiscutida pertinencia del que carecían la mayor parte de las canciones del primer disco. Frente al seductor susurro de Ride Your Heart (2013, Dead Souls), Welcome the Worms es un statement identitario.
Rasguidos percusivos estratégicamente pausados son uno de los principales recursos de la melodía Bleached. Es así como se introduce “Trying to Lose Myself Again” y cómo enfatiza sus principales momentos (palmas y aaaaaaahs incluidos), lugar común de antiguas producciones. No es hasta la tercer canción, “Sleepwalking” donde el verdadero crecimiento compositivo puede evidenciarse. Y no, no es por la frenética ejecución del bajo y el coro pegadizo, ocurre exactamente en el minuto 1:32 cuando hacen su necesaria y sutil aparición los sintetizadores. Sin dudas es gracias a esta excelente incorporación que el highlight del disco “Wednesday Night Melody” puede encontrar esa satisfactoria profundidad compositiva, sin dudas, la principal virtud de este nuevo disco.
Algunas canciones ahondarán más fuertes, otras colorearán divertidos paisajes alrededor de éstas (es el caso de “Wasted on You”, “Desolate Youth” o “Hollywood, We Did it All Wrong”, cualquiera fácilmente extrapolable al primer trabajo de la banda). Las fuertes, impregnan de optimismo a las potencialidades de Bleached, entre ellas, la particular y casi irreconocible “I’m All Over This Place (Mystic Mama)” y la imponente “Chemical Air”. Mi favorita es “Sour Candy”. Tengo algo con las canciones bonitas que denotan nostalgia, en este caso, una especie de nostalgia festiva cual himno de Billy Idol.
Welcome the Worms mofa a todos los que podrían haber subestimado el alcance emotivo o la complejidad instrumental de Bleached. El punto de referencia ya no evoca (únicamente) fiestas y sol californiano (Wavves o a Best Coast), de efímero y banal libertinaje; el presente continuo empezó a mirar al pasado y a buscar confort en la anacronía de estímulos del fervor setentista y la estética synth de los ochenta. Las elecciones estilísticas del segundo disco de Bleached evocan con una respetuosa, fresca y original memorabilia a la meca del primer girl power de guitarras amplificadas (Blondie, L7, Joan Jett, Suzie Quatro) enalteciendo, sin traicionar sus rasgos intrínsecos, su sed de rebeldía y ardor hedonista. Dotados de una nueva paleta de sonidos, los alcances constructivos de Bleached ahondan con más fuerza y triunfan al demandar la atención del oyente. Puliendo un poco más la complejidad de sus anhelos, la banda podría encaminarse a hacer un disco difícilmente comparable a una película pop de secundaria yanqui.
Bleached – Welcome the Worms
2016 – Dead Oceans
01. Keep On Keepin’ On
02. Trying To Lose Myself Again
03. Sleepwalking
04. Wednesday Night Melody
05. Wasted On You
06. Chemical Air
07. Sour Candy
08. Desolate Town
09. I’m All Over The Place (Mystic Mama)
10. Hollywood, We Did It All Wrong