El año pasado Boom Boom Kid desembarcó en un proyecto ambicioso, con la propuesta de realizar cuatro discos de estudio en un año. Algunas personas entraron en cierta duda, como también hubo otras que confiaron en la palabra de Nekro; pero dicho y hecho, hoy existen y pueden escucharse las cuatro estaciones. Durante los distintos períodos del año, la gente siente distintas temperaturas y eso define la estación. Con la música de Boom Boom Kid pasa algo parecido: ningún disco se parece al otro y cada cual carga con la poderosa emotividad que siempre le perteneció. De Fun People a Il Carlo, Nekro siempre apostó a darle un vuelco a su forma de expresarse.
Inspirado en las piezas del compositor italiano Antonio Vivaldi, Boom Boom Kid hizo lo mismo pero a su manera. Para que el concepto no se pierda en la individualidad, es necesario pensar estas cuatro piezas de quince canciones cada una no como discos separados, sino como un disco cuádruple. Las estaciones dialogan unas con otras, encontrando a veces similitudes, porque cuando el otoño termina y llega el invierno, las hojas aun continúan crujiendo en el suelo al ser pisoteadas. Toda la poesía del cambio de temperaturas inspira a la lírica tanto como a su forma.
El disco del otoño
Empezando por el primero, El disco del otoño salió en mayo y a primera escucha llama la atención la falta de bajo. Esta decisión estética aumenta la idea que hay detrás: el disco se pasa de canción en canción sin tonos graves en las melodías, ya que lo grave es la realidad. “Rosas rotas” fue el adelanto del otoño, una canción que ni siquiera tiene guitarra, solo una base de batería y la garganta poderosa de Nekro imponiendo una denuncia: Ana, Marlene, Norma, los nombres de algunas que son los nombres de todas. Ayer y hoy, Nekro usa la canción como una herramienta de lucha política, como el apoyo a la caída del patriarcado. Annabelle, Lady, Jenny, Eni: es duro ser una chica en cualquier lugar.
El disco del otoño está repleto de personajes como “El Niño Talavera” y “El Sandro de Zárate”, dos canciones que forman parte de la literatura de Boom Boom Kid en esa galería de rostros enmarcados. Nekro también brinda información intrigante en temas como “Qué hay sobre Hartmann y Curry?” o “Viva Jules Bonnot!”, porque siempre se puede escuchar Boom Boom Kid y de paso aprender algo nuevo. Otro personaje que señala el disco es Nekro mismo, dedicándose una balada introspectiva en “Carta a mí” y cantando sobre el sendero transitado hacia la madurez de su espíritu. Dejar el reflejo en el espejo y ser alguien nuevo.
Luego hay otras canciones que parecen adelantar lo que será el invierno. “Sabios?”, por ejemplo. Toda persona que conozca la filosofía de Nekro va a disfrutar de verlo en el video en los autitos chocadores de un parque de diversiones. Uno de los mejores momentos llega en “Augurio en Phi”, una canción con una bajada triste en “tu me viste así cuando todo era gris”, pero con un trasfondo optimista de auto-superación, al igual que “Encuadre blasfemo”.
El disco del invierno
Llega agosto y llega El disco del invierno, con distorsión, un poco más de velocidad y la participación de Flavio Cianciarulo de Los Fabulosos Cádillacs en el bajo. Con el seudónimo del “León del ritmo”, basta escuchar “Comodoro” para creer en su apodo. La sumatoria de estos elementos le dan intensidad al invierno. Desde el comienzo, con “El cateto de la hipotenusa”, todo es un poco más desbordante, un costado más hardcore que va desde el machaque hasta la desfiguración de la voz. Es increíble lo que hace en el estribillo sacando su lado más salvaje. Riffs de guitarra poderosos que apuestan a un incremento de la intensidad, repleto de gritos y de bronca, como en los temas “A por ellos” y “A Galtieri”. Toda esa bronca termina de tomar una forma definitiva en la primavera.
El invierno está lleno de tormentas y eso también toma figura en la lírica. El invierno parece más insoportable y está lleno de distintos relieves que hay que atravesar, pero la situación no se aguanta más. Cada golpe de la batería es un gota en la ventana del niño que Nekro todo el tiempo intenta despertar. Con el ímpetu de cambiar aquello que fastidia con una canción hardcore repleta de amor, Boom Boom Kid llama a la unión y al pensamiento sobre la opresión. Canciones como “La llamada” o “Sólo eres libre cuando sonríes” se complementan con “Juventud despierta”. El contexto del agosto 2017 no solo fue frío y tormentoso poéticamente, sino que políticamente fue parte del comienzo de todo lo que desencadenó después. Cuando se presentó El disco del invierno en Groove, Nekro se refirió a que estábamos viviendo tiempos horribles… para esa fecha Santiago Maldonado aún seguía desaparecido.
El disco del invierno cierra de una manera similar a El disco del otoño con un epílogo de batería y voz, pero esta vez con una hermosa canción de despedida como lo es “Sin Tempestad”. La ausencia de las cuerdas enfatiza la presencia de la poderosa voz acompañada por un redoblante, tal cual en “Rosas Rotas”, su estandarte otoñal. Y si su voz alcanza para gritar por las mujeres asesinadas para poner la piel de gallina, también se eriza cuando canta sobre el fin de una relación. Porque el otoño es diferente en forma al invierno, pero la lírica de Boom Boom Kid siempre nos está diciendo lo mismo con diferentes palabras. Un mensaje que engloba una eterna pureza. El invierno mezcla la bronca con la melancolía, el levantar los brazos no solo para levantarse sino para agitarlos bien fuertes y golpear el techo, romperlo y dejar entrar un rayo de luz.
El disco de la primavera
La primavera tardó hasta noviembre en llegar, pero lo hizo con todo y su llegada fue la destrucción. El disco de la primavera es el más prolífero de todos, porque es en el que mejor se mantiene una homogeneidad en su estructura. Cada tema está anticipado por un poema y se va directamente al lado más grindcore de Boom Boom Kid. Una faceta que recuerda a lo más pesado de Fun People, como “Angustia No No”, pero incluso más incendiario. Es un disco que va a desencajar a toda persona que nunca escuchó el pasado de Nekro, pero quien cuestione solo tiene que plantearse que lo atrevido es nunca permanecer en el mismo sitio. Con este disco demuestra que Nekro tiene ganas de innovarse todo el tiempo y romper con todo aquello que venía haciendo… un par de meses atrás.
Anticipar cada tema con un poema le da cierta emotividad y lo cierto es que también son de las pocas palabras que se entienden con claridad. La voz está cargada de efectos y un estilo gutural: en la primavera reina el caos y el lenguaje es otro. Muchas letras no se llegan a comprender pero el ataque va por otro lado, y si uno se toma el trabajo de leer las letras se va a dar cuenta todo lo que Nekro tiene para seguir diciendo. Las primeras palabras de la primavera lo dicen todo: “Esto no es una onomatopeya, ¡es un grito de lo más profundo de nuestro corazón!”.
Toda la bronca se desencadena en algo brutal, pero sin embargo no deja de dar un mensaje de belleza colectiva. Toda persona que juegue con el prejuicio del género apegado a algo violento, tiene que escucharlo de nuevo. Este lado más trash y heavy en la primavera tiene un nombre y se llama “Lost Chikitos”, el proyecto que surgió en esta etapa con nuevos músicos. En la energía de estas canciones hay una cierta regresión al pasado y a Fun People, especialmente en la necesidad de retrotraer aquel alarido de guerra que compartieron en un disco Fun People y She-Devils: El aborto ilegal asesina mi libertad (1997). La insistencia es sinónimo de fuerza y es algo que definió siempre a un individuo como Nekro. La décima canción también va en esta línea, “Si está oscureciendo yo me voy a ver el sol”, un nombre que ya había utilizado en su disco Smiles From Chapanoland (2004), aunque decir que es la misma es demasiado arriesgado.
El disco del verano
Por último llegó el verano, y después del incendio, el sol volvió a brillar. El disco del verano vuelve al sonido más Boom Boom Kid, pero escuchando todo lo anterior se siente como algo nuevo. La formación vuelve a ser la que siempre acompaña a Nekro, pero León del Ritmo participa en “Tengo mis suenios intactos”. El cuarto disco es más armónico y con un lado más surfer. Es el que parece más positivo y alegre, o eso al menos parece a simple vista hasta llegar a canciones como “Qué clase de joda es esta?” un nuevo himno contra el maltrato animal. El video retruca aquella sonrisa ficticia con imágenes muy impactantes.
A pesar de esto, el disco presenta mayor optimismo, con canciones que logran levantarte el ánimo y generarte algo muy lindo por dentro. Mensajes de compañía como los de “Me re gustaría que” o “Cuida a tu loc@ lind@” o la felicidad que se expresa en “Cuando se alinien los planetas”. Las canciones son atravesadas por una esperanza y una jovialidad innata, volviendo a abrazar a aquellas personas que se alejaron por no quemarse en la primavera y contarles que a veces está bueno destruirlo todo. Como un niño que rompe su juguete para llorar y divertirse armándolo otra vez, pero diferente, con los brazos en los pies o mejor dicho “Cómo mudan de piel las serpientes”.
Boom Boom Kid durante un año nos mostró distintas facetas, haciéndonos sentir montones de emociones diferentes unas con otras y regalándonos un año lleno de música. Fue un desafío tanto para él como para quienes venían siguiéndolo día a día. Su trayectoria está llena de sorpresas y este proyecto fue un nuevo pétalo de esa flor que se llama Boom Boom Kid, que siempre está anhelando un viento nuevo.