Conocí a Bowerbirds en el año 2008 luego de la reedición de su primer y genial disco Hymns For a Dark Horse originalmente lanzado en 2006. No fue amor a primera vista, pero luego de un par de escuchas ese disco me acompaño un largo tiempo, por sus bellos y cautivantes climas musicales.
Luego sacaron Upper Air, donde profundizan la fórmula de sus canciones y finalmente este año arranca muy bien para ellos, y para nosotros también, con la salida del flamante The Clearing.
La banda se formó en 2006 cuando Phil Moore y su novia, la artista plástica Beth Tacular, tienen que mudarse por motivos de trabajo a una cabaña alejada enclavada en un bosque. Ya ese mismo año sacaron un Ep llamado Danger at Sea. Luego, en la grabación de su primer disco, se suma definitivamente el multiinstrumentista Mark Paulson, que había coincidido con Moore en su anterior banda Ticonderoga.
Este año el trío nos entrega su mejor trabajo que, sin dejar de lado su particular estilo campestre, da un salto de calidad que se puede apreciar en las 11 canciones del disco.
El ambiente general del disco es bien mañanero, fundamentalmente acústico, sencillo, que va al grano, melancólico y sutil, es realmente un disco para escuchar, algo que los que vivimos en las urbes superpobladas cada vez tenemos más olvidado. Se nota al progreso en la calidad de grabación siempre manteniendo el perfil low fi y folk de las canciones. Los temas están construidos con los mismos instrumentos que usaron en los discos anteriores pero se agregan otros dando colores que sorprenden gratamente. La característica principal de la banda es que se escucha crudo, como si estuviésemos ahí en el lugar mismo de la interpretación y eso le da a Bowerbirds una belleza tan particular.
“Tuck The Darkness In” es el primer tema, tiene un beat bien marcado, una atmosfera bien tranquila que aporta el piano Rhodes y el tema va subiendo la intensidad hasta casi rozar lo épico. Acá se comienzan a apreciar los arreglos de cuerdas que seguirán todo el disco.
El segundo track, “In The Yard” va cabalgando sobre el piano y la voz de Beth, que se dobla a sí misma en el estribillo, y es seguido por una suerte de solo eléctrico y contenido. Suavemente el tema se va diluyendo entre sonidos de campanillas.
“Walk The Furrows” es más folky y Phil vuelve a tomar la posta de la voz sobre el arpegio acústico, que es secundado muy bien por el violín. Y sobre este se construye el final ya con la voz de Beth nuevamente.
El irregular piano de “Stitch the Hem” llega como así también los golpes alejados que hacen de percusión. Este es el clásico tema de Bowerbirds, los instrumentos flotan, la melodía de sostenida por Phil y Beth. Tiene un puente más poblado musicalmente incluso se escuchan castañuelas, como uno de los tantos nuevos timbres que suenan.
En el siguiente track, “This Year“, la guitarra eléctrica es protagonista como muy pocas veces lo será, más bombos y cuerdas llenan los espacios que deja la voz. Legando el final el tema adquiere más intensidad, casi roquera, y es como un despertar en la melancolía general del disco.
“Brave World” arranca etéreo, y una vez más el piano nos va llevando, la voz nos va envolviendo y la percusión tímida no marca el pulso sutilmente, hasta el crescendo final.
“Hush” nos permite volver a escuchar la voz de Beth, en una intro cercana a Bjork, que desaparece con el coro, el piano y la percusión, uno de los grandes temas del disco. En el estribillo Phil y Beth se unen y forman esa pared vocal marca registrada de la banda. También se destaca el solo de guitarra campestre de Mark, en uno de los tantos grandes aportes con los que se lució en este disco.
“Overcome With Light” es despojado, climático y nocturno, solo la guitarra y la voz al comienzo, para pasar a la segunda mitad con violines, una atmosfera más country y recibir con los brazos abiertos la voz de Beth.
En el mismo plan que el tema anterior “Sweet Moment” es un poco más arriba que su predecesora, pero guarda la misma sutileza, tan sutil es como la entrada del saxo en el estribillo.
“Death Wish“, guitarra y piano lo primero que escuchamos de este tema, entra la voz y el redoble al que le siguen unos arreglos de cuerdas, para volver al inicio con el piano como gran protagonista. Ya sobre el final arreglos de cuerdas con brasses se van fundiendo para llegar al último tema.
“Now We Hurry On” es tremendamente melancólica y bella, sostenida por el piano que desaparece cuando llega la guitarra y la percusión. Unos arreglos de acordeón por ahí, y llego al final de la canción y el disco sobre el piano, la voz, unas campañillas y así se desvanece el tercer trabajo de Bowerbirds, una joya.
Vamos al campo a descansar, llevemos The Clearing en nuestro reproductor y perdámonos en la paleta de sonidos de Bowerbirds.
Bowerbirds – The Clearing
2012 – Dead Oceans
01. Tuck the Darkness In
02. In the Yard
03. Walk the Furrows
04. Stitch the Hem
05. This Year
06. Brave World
07. Hush
08. Overcome With Light
09. Sweet Moment
10. Death Wish
11. Now We Hurry On