Que el nombre no nos engañe. La Isla Bonita, treceavo álbum de este cuarteto, no es un disco influenciado por la tropicalia que estos últimos años ha vuelto a imponerse impregnando el sonido de muchos artistas de habla inglesa. Deerhoof, en lugar de ello, nos entrega un sólido y brillante álbum de diez canciones en el cual nuevamente deconstruyen el noise y el punk rock, para después ensamblar piezas a su antojo y sin miedo al ridículo. Más bien como una oda a lo abstracto.
Luego de dos décadas haciendo música, con este nuevo trabajo, en el que a priori destacan los títulos sugerentes de algunas de sus canciones, la banda nos entrega su propia versión de algunos conceptos: En “Paradise Girls“, por ejemplo, Satomi repite de principio a fin frases como “Girls who play the bass guitar/Girls who are smart”, al ritmo de una instrumentación agitada y entrecortada pero a su vez bastante catchy.
Canciones como “Doom” también demuestran esa fórmula de melodías tan caóticas como contagiosas, que con la contribución vocal de la japonesa y algunos arreglos sintetizados, consiguen cierto encanto pop fresco y desfachatado.
“Last Fad” es uno de los cortes más curiosos, con una extensión lírica de solo cuatro frases repetitivas con aparente incoherencia: “Baseball is cancelled/E.T. is running late/New, from America/I cover all the walls with sad dollars”. Pero uno de los mejores momentos del álbum o al menos uno de los más memorables y coreables nos esperan con “Exit Only“, riffs guitarreros muy de los 70s y una dinámica punk rock que no deja de ser coloreada con arreglos de tintes bastante abstractos, pero antes que nada, divertidos.
En “Big House Waltz” se incluyen influencias con un estilo más cercano a canciones como “E-Pro” -del Güero de Beck-, así que incluso hasta allá se extienden los límites de experimentación de los provenientes de San Francisco/Tokyo. Más adelante encontramos canciones como “God 2“, meramente instrumental y con menos de dos minutos de duración, “Black Pitch“, que se encuentra más cercana a un pop delicado y etéreo que al ánimo movido de la mayoría de cortes de este disco, y el álbum cierra con “Oh Bummer“, también mucho más calmada y sofisticada en cuanto a melodía en la que la voz principal no está a cargo de Satomi, que tan solo se encarga del bajo.
La Isla Bonita, sin duda, es una invitación a viajar, no necesariamente a un lugar soleado o idílico; más bien una tarde en una galería de arte, en un estadio deportivo, o en un festival de rock poco conocido. Una muestra más de la eterna búsqueda de los enfant terribles que a pesar de su ya larga trayectoria hoy continúan siendo los miembros de Deerhoof.
Deerhoof – La Isla Bonita
2014 – Polyvinyl
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01. Paradise Girls
02. Mirror Monster
03. Doom
04. Last Fad
05. Tiny Bubbles
06. Exit Only
07. Big House Waltz
08. God 2
09. Black Pitch
10. Oh Bummer