Durante diciembre del año pasado, muchos nos conmocionamos con la noticia de la hospitalización de Bradford Cox tras haber sido golpeado por un auto. Tan avocado a compartir sus desgracias y con el humor negro que lo caracteriza, el artista publicó una selfie usando cuello ortopédico con el epígrafe “Can’t move much. Incredible pain.”
Luego de tal suceso, no era de esperarse que en menos de un año, Deerhunter, el más popular de los proyectos musicales que lidera, estuviese estrenando un nuevo álbum, pero así ha sucedido y sus canciones son, una vez más, una muestra de la visión de un personaje como Bradford, para quien la vida desde el comienzo ha sido una perpetua lucha contra la naturaleza misma (a causa de padecer el síndrome de Marfans tuvo una infancia y adolescencia marcadas por complicaciones físicas de todo tipo), y por otra parte, un combate por permanecer cuerdo ante la ansiedad y lo difícil que podía resultarle el llevar una vida social “normal” para alguien de su edad. Si bien estos temas han sido una constante en toda su discografía, Fading Frontier aborda esa lucha sin fin entre la parálisis y la acción. En ese sentido, el álbum resulta una especie de anecdotario de historias que reflejan aquella batalla.
En “All The Same”, la primera canción del disco, habla acerca de un hombre que abandona todo y empieza una nueva vida sin nada de aquello por lo que antes vivía. Un salto para escapar de la rutina y de “todo lo mismo”. De un modo parecido en “Living My Life”, Bradford canta al respecto de sus fobias y se lamenta del tiempo perdido viviendo en los márgenes a causa de ellas: “Will you tell me when you find out, how to conquer all this fear/I’ve been spending too much time out on the fading frontier”.
Pese a todo lo anterior, no podríamos afirmar que este sea un álbum con tinte pesimista, aunque sondea en temas oscuros. Más bien, por el contrario, resulta la producción más positiva publicada por Deerhunter, se percibe mucha menos ira que en Monomania (2013, 4AD), y como consecuencia, Fading Frontier resulta no tan dramático y potente como su predecesor en términos sonoros.
En la letra de “Breaker” se evidencian algunas declaraciones con impronta optimista: “I’m still alive and that’s something /And when I die there will be nothing to say/Except I tried not to waste another day trying to stem the tide”.
A nivel instrumental, este conjunto de canciones se asemeja mucho al trabajo solista de Bradford con Atlas Sound, tal vez por tratarse de una obra muy cargada de su historia personal. De igual modo, se trata de una producción adornada con arreglos lisérgicos, aunque el ambiente general sea bastante nostálgico. En todo caso, el momento más animado del álbum llega con “Snakeskin”, que desde su comienzo engancha con sus riffs y movido ritmo; quizá el tema más pop del disco y a su vez el más autobiográfica de parte de Bradford. Aunque también hay, al final del disco, lugar para un revival de los 80s con la sintetizada “Ad Astra” y para otra canción optimista, “Carrion”.
La música de esta banda de Atlanta no deja de deambular por los pasillos de la desesperanza, bordeando sentimientos de desahucio, pero con Fading Frontier parece elegir apostar por permanecer del lado más luminoso y seguirlo intentando.
Deerhunter – Fading Frontier
2015 – 4AD
01. All The Same
02. Living My Life
03. Breaker
04. Duplex Planet
05. Take Care
06. Leather and Wood
07. Snakeskin
08. Ad Astra
09. Carrion