Spirit es el álbum más pesimista de Depeche Mode. Para una banda con casi 40 años de trayectoria, y que además siempre hizo culto de la oscuridad y las relaciones poco saludables, esto no es una declaración menor. Pero antes, su mirada estaba enfocada en los rincones menos simpáticos del interior. Ahora, en cambio, observa el mundo que la rodea y la vista no es nada agradable: hay una “nube negra que se eleva” en el horizonte, hay radiación y hay corporaciones que dominan una tierra post-apocalíptica.
Este es el disco de estudio número catorce de la legendaria banda de pop electrónico, y el de mayor contenido político en un largo tiempo. La política no es un tema extraño para ellos: ya denunciaron la codicia empresarial en “Everything Counts” (1983), la desigualdad en “Master and Servant” (1984) y la manipulación de los medios en “New Dress” (1986). Pero nunca fue el punto central.
Ahora, varias décadas más tarde, el mensaje político renace y el cantante Dave Gahan culpa a las instituciones religiosas, a los políticos y a los nacionalistas por el estado actual de la Tierra. “¿Dónde está la revolución?”, pregunta sarcásticamente en el segundo track, “Vamos, gente, me están decepcionando”. Y este es el único punto en el que los chicos de Depeche Mode tienen alguna fe en el cambio, porque tampoco es un álbum que llame a la gente a rebelarse: más bien, parece el testimonio de un resignado. Para que se den una idea: el último tema se llama “Fail”, dice que ya no hay lugar para la esperanza y que, en resumen, fallamos como humanidad.
Si ya te deprimiste, quizás te haga bien recordar que Depeche Mode es una banda de pop, famosa por sus temas pegadizos. No te ilusiones demasiado: musicalmente, este es disco gris, claustrofóbico y no preocupado para nada en producir un hit. En 2013, Dave Gahan había declarado que ya no le importaba tener un tema famoso en las radios, como fue en su momento “Enjoy the Silence”. Y, sin embargo, no podíamos evitar escuchar el álbum de aquel año, Delta Machine, y pensar que varias canciones sonaban listas para la radio. En Spirit no pasa.
A veces el sonido de una banda se estanca y ese es el mejor momento de traer un nuevo productor. Durante una década, Depeche trabajó con Ben Hillier, que llevó las riendas de tres trabajos entre decentes y geniales. Para Spirit lo cambiaron por James Ford, famoso por haber colaborado con Florence and The Machine y Arctic Monkeys. Yo había pensado que quizás Ford traería un aire rockero. Bueno, no del todo: los instrumentos acústicos y sintéticos están bastante mezclados, sin que ninguno prevalezca, y en general los sonidos suenan sumamente comprimidos. Las guitarras sobresalen de vez en cuando; los sintetizadores están omnipresentes, pero diluidos. Todo esto le juega en contra: casi no hay variedad entre track y track y no hay ninguna idea particularmente novedosa. Sigue sonando esencialmente como Depeche Mode en los últimos quince años. A muchos les parecerá que esta cohesión ayuda a que el disco tenga una identidad, y que no sea solo una colección de canciones sueltas. Estoy de acuerdo, en parte. Pero el aporte de James Ford sigue pareciéndome discreto y poco jugado.
A pesar de no tener una variedad grande, hay algunos momentos especiales: la desoladora balada “Eternal”, cantada con la voz temblorosa y vulnerable del guitarrista Martin Gore, suena como una ceremonia religiosa realizada en un búnker subterráneo. Y la más o menos energética “So Much Love” encuentra a Dave Gahan declarando que tiene tanto amor en su interior que el resto de la sociedad lo ve como una amenaza. Y, cuando todo lo demás falla, la potente voz de Gahan nos mantiene con interés (“Poison Heart”). Es emocionante notar cómo cambió él a lo largo de los años: ¿quién iba a pensar que el adolescente gritón y desgarbado de 1980 iba a terminar convertido en un frontman competente y carismático?
Donde el álbum gana un poco más de vuelo es en las letras. Sí, están los clásicos momentos sobre relaciones fallidas a las que ya nos tienen acostumbrados. Pero, como comenté al principio, hay más: este es un relato sobre un planeta en ruinas, lleno de armas automáticas, vagabundos y linchamientos en las calles. Hacía un tiempo que la banda no sonaba tan clara. Y, aunque difícilmente sean grandes composiciones, sí se aprecia mucho la claridad y hasta el compromiso con las que hablan.
Spirit está lejos de ser un gran álbum (es más: por momentos resulta aburrido), y el fan que esté buscando canciones monumentales se va a desilusionar. Pero, a la vez, es una obra extrañamente despierta y que transmite bien el fatalismo que sentimos cuando miramos el mundo actual.
Depeche Mode – Spirit
2017 – Columbia
01. Going Backwards
02. Where’s The Revolution
03. The Worst Crime
04. Scum
05. You Move
06. Cover Me
07. Eternal
08. Poison Heart
09. So Much Love
10. Poorman
11. No More (This Is The Last Time)
12. Fail