Juan Román Diosque es un artista especial. Su búsqueda por momentos puede parecer hiper detallista y sus letras, relacionadas al folk o el pop (¿es necesario catalogar?) romántico, se muestran como geniales conjunciones e imposibles de separar entre sí. Porque cada uno de sus trabajos tuvo su sello distintivo. Primero con I Can Cion en 2007 y de manera bastante casera (no por eso mala) nos trajo a la luz como, un nuevo artista, con pocas armas, puede jugar con la experimentación dentro de sus recursos. Claramente, eso ya nos llamó la atención. Luego, en 2011 sacó Bote, donde las guitarras y los sintetizadores ya comenzaban a juntarse. Finalmente, en este 2014 y de la mano del sello chileno Quemasucabeza llega Constante, que parece un giro abrupto, pero si analizamos la progresión de sus discos anteriores, es una perfección de todo lo ya recorrido.
El viaje a través del synthpop que nos propone el disco comienza sin anestesia. Por eso, “Fuego” nos introduce inmediatamente en el mundo de este disco. Se nota a primer escucha que Diosque puede dejarnos claro cuál es la idea de aquí en adelante, que los sintetizadores van a ser los reyes y que su voz va a jugar con las reverberencias y la superposición de capas y que va a (perdón por la invención del siguiente verbo) Spinettear muchos fraseos.
Sin darnos tiempo a recuperarnos, la intro de “Una Naranja” nos hace mover, nos impacta su grandilocuencia, su ritmo, su groove. Se juega por momentos con sonidos hiper futuristas pero que siempre nos hacen reminiscencia a algo conocido, nunca nos parece lejano. Como si fuera poco con todo el entramado musical, las letras también hablan de la búsqueda, y tienen mucho que ver con lo que hacen los instrumentos:
Si hablo debo ser eterno.
Siento que me muevo mucho,
Aprovecho la eternidad, mientras viva.
El tercer tema de este viaje musical llega con “La Cura”, con un ritmo fresco muy marcado por la batería y las percusiones, haciendo un excelente preludio para “Soy Las Seis”, uno de los temas mejor logrados de la placa, que posee un intermedio instrumental realmente impactante por su complejidad y su genialidad. En este punto del disco, el movimiento del pie marcando el ritmo ya gobierna todo el cuerpo.
“La Verdad Rota” una vez más pone en escena ese Spinetteo del fraseo que marcamos con anterioridad, el fondo musical va a la perfección con lo que nos dice la voz de Juan Román.
Quiere venir
venga conmigo, Arriba.
Voy a subir, vas a venir, en nube.
Y con la imagen satelital de la nada
voy a subir, vas a venir, de noche
ir de la mano para siempre
Con esta estrofa abre el sexto tema, “Arriba”, que nos muestra un espíritu muy alegre. Luego, siguiendo con esa sintonía, llega “Broncedado” una canción que parece tener algo de las canciones de Arcade Fire que nos hacen bailar (“Sprawl II – Mountains Beyond Mountains“) pero con un toque argentino mucho más “bailantero”, una genialidad que lo termina por convertir en una pieza de un género casi inclasificable.
“Quise Minutos (de la eternidad)” es el mejor momento del disco. Porque se resume todo allí, composición de calidad, interpretación excelente, efectos en la voz que dan un espectro sombrío frente al fondo eléctrico y una letra absolutamente metafórica y poética.
Rompo con lo que este de más
y lo de menos, a mi corazón.
Vista de planta, como de un gorrión
Quise minutos, de la eternidad.
Y ya nos vamos acercando al final este viaje de Constante, con los tema más acústicos del disco, “El Típico Secreto” y “Rio”, que nos hace recordar a lo que nos mostró en el disco Bote. Obvio que Diosque no se va a ir, sin antes dejarnos, nuevamente una metáfora, interesante como siempre, para que analicemos, jugando con las dos acepciones de la palabra río (agua) y rio (verbo).
Soy un río que no sabe ser
Rio, de la estupidez del hombre
Rio, de la estupidez humana
Así se termina este disco. Uno de los mejores de este año, uno que ha posicionado a Diosque finalmente como un artista fuera de lo que era el lo-fi y que demuestra que la genialidad y la profundidad en las letras no es cuestión de pocos, que la reflexión y la metáfora, pueden ir de la mano de la buena música. Por eso, Constante es una cita obligada para cualquier amante de la música.
Diosque – Constante
2014 – Quemasucabeza
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01. Fuego
02. Una Naranja
03. La Cura
04. Soy Las Seis
05. La Verdad Rota
06. Arriba
07. Broncedado
08. Quise Minutos (de la eternidad)
09. El típico secreto
10. Rio