En un diciembre extraño, filmando unas sesiones en vivo para Los Días (Pablo Acosta) en Invisible, su propio y gran estudio de grabación, surgió algún comentario de los que nunca terminan de cerrarse. Fue algo como “algún día voy a venir a grabar acá”. A lo que Pablo respondió algo como “¿cuándo? En dos semanas, ¿ponele?” Fue ahí que, sin dudarlo, me tiré de cabeza a la pileta vacía.
Me parecía divertido jugar a componer algo como experimento. También vi la posibilidad de concretar esas largas charlas con Leo, Diego, Juampa y Gusti, que como a otros, les decía que quería grabar algo con ellos. Algo pequeño se asomaba a lo lejos, pero antes de empezar se había convertido en un monstruo gigante, imposible de domar. Pero a la vez, jugaba el chupahuevismo constante que aliviaba las tensiones.
Al principio pensé en armar una obra conceptual relacionada a una especie de principado contemporáneo, basado en las historias de varios príncipes bastardos o pseudo príncipes que fui conociendo gracias al cine. Barry Lindon, Fitzcarraldo, María Antonieta, Maquiavelo, etc. Pero faltaban dos o tres días para meter las voces y no había podido concretar ni una idea de ese juego. No le creía nada a mis palabras. Abandoné la idea y me puse a revisar algunas pocas notas que tenía por ahí y las completé con la experiencia cotidiana. La música estuvo desde siempre, ideas que van quedando por ahí. Con Leo y Diego que estaban desocupados en ese diciembre, nos juntamos un par de siestas a cerrar estructuras. Con mi hermano fui con la idea de una strato con mucha reverb y que él le pusiera sus dedos mágicos. Y con Gusti, fui a buscar lo que sabía que iba a encontrar, un niño elefante, un “provincia de buenos aires” de El Mató… hasta el momento parecía que iba a salir un disco acústico, pero dejamos los crudos en manos de Pablo con una única condición: que los hiciera mierda. Palabras textuales. Y sí, reventó todo y lo llevó al espacio. Lo enmarcó en un viaje hermoso, con algo del sonido de Los Días, proyecto que seguramente estuvo cuidando de mi sombra, en ese proceso de locura temporal e incertidumbre incontrolable.
Texto: Mariano di Cesare
El Príncipe Idiota – Doméstico
2015 – Fuego Amigo Discos
01. Héroe de madrugada
02. Dramón en la tele
03. Campos de fuerza
04. Aluminio
05. Las casas entre sí
06. Muchas cuchetas