Godspeed You! Black Emperor es una banda que existe en su propia esfera artística: viene haciendo la música instrumental más hermosa de nuestra época sin verse afectada por las modas ni los cambios de la industria. Esto es, a la vez, lo que la hace única y también su punto flaco. Se pasó 20 años publicando álbumes largos, meditativos, que parecen el soundtrack del apocalipsis y, sin embargo, en la última década pareció estancarse con el reciclaje de temas antiguos y con ensayos sin mucha dirección.
Luciferian Towers, el nuevo álbum de la banda, marca un giro en su ilustre carrera y eso solo ya le augura un futuro brillante. No hay ninguna reinvención salvaje, pero la furia salida de la nada y los interludios poco emocionantes quedaron atrás para dejar expuesta lo que más me gusta de la banda: las bellas melodías. El álbum entero florece en medio del contraste: sus títulos hablan sobre hambruna, ahorcamiento de jefes y la desaparición del Estado, pero la música es desvergonzadamente enérgica y romántica. Quizás no hay un contraste: quizás para la gente de Godspeed, colgar a un jefe y celebrar la vida en anarquía son la fuente de belleza más grande que existe.
El principio no es especialmente auspicioso: “Undoing A Luciferian Towers” pone la orquesta de cámara al servicio de un largo y poco pretencioso drone. El experimento es interesante, porque habitualmente los drones de Godspeed estaban hechos con percusión y gaitas, mientras que aquí dan la bienvenida a los violines de forma bastante orgánica. Sin embargo, queda la sensación de que la banda podría haberlo publicado en cualquier otro año sin mayor repercusión. La melodía es encantadora (sin ser nada muy novedoso) y da la sensación de querer despegar sin poder hacerlo. Este es el único momento que hace que el álbum no me cierre del todo, en especial porque ocupa unos buenos siete minutos de los 43 que hay en total.
“Bosses Hang”, en cambio, es el punto más alto. Sí, es el clásico crescendo al que la banda nos tiene acostumbrados… ¡pero suena tan bien! Más que nunca, los instrumentos de rock están al servicio a las cuerdas, que se convierten en el centro de la composición. El resultado es tan glorioso que realmente querés salir a colgar jefes. En la versión digital, el tema está dividido en tres partes, pero la división tiene sentido, porque en cada una de ellas se desarrolla una variación distinta del mismo fragmento. En la tercera, por ejemplo, el ritmo se acelera y se vuelve hipnótico hasta llegar a un final sublime.
Presten especial atención al principio de “Fam/Famine”, que está entre las cosas más delicadas que van a escuchar en 2017. Los violines y las guitarras se fusionan, sin eclipsarse entre sí y, entre la percusión cada vez menos contenida, asoma el leitmotiv del track 1. En un primer momento me pareció un poco perezoso esta reutilización de ideas en un álbum breve, pero mientras más lo escucho, más diferente y emocionante me parece la versión que nos presentan en “Fam/Famine”.
El final se llama “Anthem for No State” y, de nuevo, está dividido en tres partes: las dos primeras son breves y muy tranquilas, pero en la tercera aparece un último crescendo, adornado por guitarras que parecen salidas de una película de western (!). Cuando faltan dos minutos para que finalice, surgen unos violines que aportan gran dramatismo y nos conducen hacia un cierre redondo.
En medio de los tiempos tormentosos y frecuentemente desoladores que vivimos, es extraño que Godspeed aproveche la ocasión para lanzar música tan optimista. Este es un grupo muy comprometido con su mensaje político (no hay más que leer las notas que acompañan al disco para encontrarse con consignas que llaman a destruir las fronteras y el “complejo industrial-carcelario”). No creo que sus miembros vivan tan aislados como para no darse cuenta de que este no es momento de estar celebrando. O quizás sí es momento de celebrar: quizás el mundo se está aproximando a un punto de no retorno, en el que las personas explotadas tienen que alzarse o perecer. Si es así, necesitamos un himno que nos llene de esperanza para construir algo mejor.
Solo necesito escuchar Luciferian Towers un par de veces más para terminar de rendirme ante él y reconocer que es uno de los mejores álbumes de todo el año.
Godspeed You! Black Emperor – Luciferian Towers
2017 – Constellation
01. Undoing a Luciferian Towers
02. Bosses Hang, Pt. I
03. Bosses Hang, Pt. II
04. Bosses Hang, Pt. III
05. Fam/Famine
06. Anthem for No State, Pt. I
07. Anthem for No State, Pt. II
08. Anthem for No State, Pt. III