En 2007 Liam Finn, hijo del líder de Crowded House, y miembro de la banda Betchadupa, sorprendió en 2007 con su primer disco solista, I’ll be Lightning. Un álbum repleto de canciones para escuchar una y otra vez, con fuertes influencias de los Beatles y Elliott Smith. Pero después de semejante debut, Finn se tomó su tiempo para un nuevo trabajo en solitario. Sacó un par de discos en vivo, un EP junto a su compañera de tours Eliza-Jane Barnes en 2009 y un disco con su banda Barb en 2010.
En estos se podía apreciar su talento, pero el plato fuerte todavía no había llegado. Finalmente en junio de 2011, FOMO, su segundo disco solista, hace su aparición.
Donde antes dominaba la guitarra acústica y las canciones construidas de manera sencilla y listas para enamorar, ahora predominan los sonidos electrónicos y sintetizadores. El resultado es un álbum de canciones a las que cuesta más introducirse, donde los ganchos y las melodías están camufladas bajo varias capas de sonido y se escabullen en una producción más recargada. No obstante, descubrirlas y adentrarse en ellas, vale la pena.
Abre el disco “Neurotic World” y es una promesa de lo que va a venir en cuanto a instrumentación: bases electrónicas, bajos marcados y guitarras distorsionadas de fondo. Un tema conciso, con una melodía sutil y melancólica. “Don’t Even Know Your Name” empieza a calentar las cosas con un beat más rápido y un estribillo tan abrupto como pegadizo, y logra ser uno de los temas más interesantes del disco. “Roll of the Eye“, una canción tranquila y despojada, va creciendo hasta cerrar con un minuto instrumental donde la percusión y las guitarras consiguen un groove rockero y oscuro.
“Cold Feet” presenta un quiebre al abrir con sonidos cercanos al reggae, además de un estribillo desvergonzadamente pop y otro cierre instrumental. “Real Late” baja la intensidad, y la batería y el bajo se encargan de crear un ambiente relajado, que se complementa con la voz añorante de Finn. “The Struggle“, el primer single del disco, es otro punto alto. Ahí Finn se pone más rockero y ensaya una voz semi-grunge, quebrada y rasgada que le sienta bien y da muestra de su amplitud de interpretación, que puede comprobarse en el contraste con “Little Words“: una canción pequeña e intimista, la primera que intenta acercarse a lo acústico. “Reckless“, es pop-rock directo y efectivo, un tema fresco y sencillo que llega a ser uno de los mejores y más accesibles. “Chase The Seasons” es la otra canción en la que Finn agarra la acústica y se aproxima al sonido de su primer disco, con una melodía y arreglos que recuerdan al Elliott Smith de Figure 8. Cierra el álbum “Jump Your Bones“, que se distingue al presentar un paisaje electrónico acompañado por la voz de Finn, perdida tras múltiples filtros, y una percusión constante que mantiene andando la canción durante sus casi seis minutos.
Si bien FOMO es un disco más corto y sobrecargado, y puede no ser lo que se esperaba, tampoco decepciona. A pesar de alejarse del rótulo de cantautor que podía caberle al debut de Finn, los cambios de dirección son siempre bienvenidos y este disco intenta eso. Si en el primero se destacaban los momentos más melancólicos y delicados, acá Finn brilla especialmente en las canciones más rápidas y enérgicas. Su habilidad para la canción y su interés en experimentar y acercarse a diferentes estilos, lo confirman como un músico a tener en cuenta y del que valdrá la pena esperar su siguiente trabajo.
Liam Finn – FOMO
2011 – Yep Roc
01. Neurotic World
02. Don’t Even Know Your Name
03. Roll of the Eye
04. Cold Feet
05. Real Late
06. The Struggle
07. Little Words
08. Reckless
09. Chase The Seasons
10. Jump Your Bones