Suecia nunca pareció fría en las manos de Little Dragon. Existe cierta calidez que el grupo ha sabido emanar con cada una de sus producciones que la alojan en un lugar muy respetable dentro de nuestros corazones.
Nabuma Rubberland es el cuarto disco de la banda, dista en tres años con su predecesor (el aclamado Ritual Union) y, a pesar de su extraña etimología, en mí evoca un lugar geográfico de fantasía, donde el ser humano encuentra realización en el baile y un culto casi religioso a las figuras de Prince y Janet Jackson. En otras palabras: el mundo interior de su líder, la cantante sueco-japonesa: Yukimi Nagano.
Tomemos por ejemplo el corte más reciente del disco: “Paris”. Un video casi wesandersiano de un grupo de amigos que comparte el sueño de roadtrippiar en una van por un lugar de paisajes impactantes, y entre eso, una Yukimi que encuentra el más puro éxtasis bailando en soledad sobre la cama de su habitación de hotel. Es esta la imagen que pasa por mi cabeza cuando transito las canciones que componen Nabuma Rubberland. Es que existe una escisión, tanto en ella como en el disco que se hace mucho más evidente con una metáfora de esta naturaleza.
Hay dos atmósferas que componen el mundo de Nabuma Rubberland, y en ningún momento ellas confluyen en un ambiente armónico. Por un lado, están esas canciones impactantes, de una fuerza casi indescriptible pero sumamente oscuras y en algún punto perturbadoras como la inmensa “Klapp Klapp”, “Killing Me” o “Mirror”, la encargada de abrir el disco. Por otro lado, las canciones más pacíficas, pero encantadoras y sumamente sensuales que remiten a la diosa Janet que mencionaba anteriormente; estas son: “Pretty Girl” (sin dudas una de mis favoritas), “Cat Rider” o la bella “Pink Cloud”.
Los demás componentes del disco, se encuentran en un limbo musical entre esas dos fuerzas antagónicas, aunque igualmente imperantes. Son los pasajes más amigables, los que evocan esas imágenes de felicidad wesandersianas, como la mencionada “Paris” o la canción que le da nombre al disco. Esta última, con especial sofisticación, mostrando en su composición la evidente evolución de una banda con casi una década de trayectoria.
La imagen mental a la que hacía referencia anteriormente ahora cobra esta nueva significación. Por un lado, esas canciones explosivas que a veces rememoran más a The Knife que a etapas previas de la banda, y por otro las partes introspectivas (Yuki bailando sola en su cama) que elevan el disco a momentos completamente celestiales.
No existe un equilibrio entre ambas, no hay un hilo cohesivo que las nuclee bajo alguna consigna, y es porque el disco nunca tuvo una (lo ha reconocido Nagano en una entrevista con Rolling Stone). Es esta su flaqueza: un trabajo con grandes individualidades pero sin trascendencia holística.
No es un mal esfuerzo, de hecho es un gran aporte, porque puede servir tanto para ambientar la previa del viernes a la noche, como para aquietar el retorno a casa.
Little Dragon – Nabuma Rubberland
2014 – Because Music / Loma Vista
Sitio | Facebook | Twitter | Tumblr | Instagram
01. Mirror
02. Klapp Klapp
03. Pretty Girls
04. Underbart
05. Cat Rider
06. Paris
07. Lurad
08. Nabuma Rubberband
09. Only One
10. Killing Me
11. Pink Cloud
12. Let Go