En la escena independiente ecuatoriana, la auto-gestión no es algo nuevo, la colaboración entre músicos (que más que colegas, son amigos) es lo que permite que muchos proyectos vean la luz. Así nace el disco debut de Lolabúm, quienes grabaron y produjeron su album El Cielo, en la disquera -sumamente- independiente, La Casa del Gato. La producción quedó a cargo de David Rojas, dueño del sello y líder de un par de bandas de la escena. El disco, fiel a su casa, presenta un sonido lo-fi durante todas sus paradas, donde nos percatamos de técnicas de grabación muy recursivas, se sienten los equipos economizadores y en general el sonido de la banda dice indie (en el sentido original de la palabra)
Pedro Bonfim, líder de la banda, tiene un estilo para escribir muy particular. Siendo abstracto sin ser necesariamente complicado o metafórico, logra expresar sus pensamientos de la manera más sencilla en la que se lo permite, siendo igual un poco enigmático para los oídos de cualquiera. Se desprenden frases como “Me dibujé en la pared, y mi sombra me saludó/ Intenté asesinarla, pero se mueve mejor que yo”. Y la sencilla declaración “Estar contigo por el resto de mi vida, la verdad, no me molestaría, me encantaría”. Contrastadas, podemos entender la falta de motivación de Bonfim de ser complejo y no hacerse entender; más bien hace lo opuesto pero a veces tiene cierta poesía intrínseca que incluso sin siquiera intentar nos puede desconcertar con sus letras.
El álbum comienza con algo de bulla en “Trabilla“, pero en “Animales mal disecados” nos presenta realmente el sonido que nos va a dar todo el disco. Las baterías apresuradas, las guitarras sin mucho fondo pero con fuerte presencia en cada canción son la firma de la banda. En “Hazme un favor” podemos ver cómo ambas guitarras van jugando una con la otra en un tema instrumental hasta llegar al final en un va y ven duradero.
El cuarteto tiene una propuesta muy joven y fresca (sin ser cliché) y desde sus quejas sobre malos fines de semana (“Qué asco de sábado“), reconocimientos a barrios de la ciudad (“Nuevos barrios viejos“) y más nos van mostrando de qué son capaces. Quizás una de las mejores cualidades de la banda es como incluso con falta de fácil accesibilidad en sus melodías, logran quedarse con el oyente. Quizás es la buena instrumentación la que crea esta fidelidad, pero ciertamente a la primera escuchada parece que estamos escuchando balbuceos y voces sin mucha armonía, pero es necesaria la segunda oportunidad (de no ser suficiente la primera) para que rescatemos las letras y su belleza, y las diferentes partes que componen la música, que también juegan un buen rol en la parte adictiva del disco.
El mejor momento es “Ventanas“, una simple balada de amor sin mucha complejidad en su instrumentación pero que en sus letras plasma los sentimientos de un joven porfiado, algo raro y que (en mi opinión) realmente no sabe cómo consiguió la novia que tiene, pero la canción nos deja claro que la ama.
Si bien la pequeña inmadurez de la banda puede parecer algo juzgable para quienes no están contentos con este disco, es esa misma inmadurez y quemimportismo el que funciona para hacer un disco que muestra realmente quiénes son, y con eso, un disco que funciona. Un gran debut para la banda, plasmado a futuro: este trabajo sirve como la primera piedra en lo que podría ser una larga carrera (que quién sabe si siquiera les interesa tener) y ser buenos representantes del país que poco a poco va ganando un nombre en el continente.
Lolabúm – El cielo
2016 – La Casa del Gato
01. Trabilla
02. Animales mal disecados
03. Hazme un favor
04. Nuevos barrios viejos
05. De fondo
06. Qué asco de sábado
07. Manitos de seda
08. Ventanas
09. Guayaquil Tyci
10. Ciempiés
11. Crystal