El sonido de una fiesta (¿que termina? ¿que comienza?) al calor de una orilla conecta las canciones de El azúcas de las olas (2015) y de Ultramar eléctrico cobalto, lanzado antes de que termine el 2016.
“Esta fiesta” auguraba ese sonido de estallido chicloso que en el nuevo EP de Lupe Sendra toma una mayor dimensión y densidad, sin perder la espontaneidad. ?“Ves pasar los siglos / y lo mejor es que no necesitás / que pase nada más”. Ultramar eléctrico cobalto arranca con “Las olas”; a partir de ahí, nos introducimos en una pequeña y poderosa muestra del potencial de las canciones de Lupe Sendra: el sonido que busca su voz expresiva y profunda, más propia del soul que del rock, se aleja del lugar común indie; su voz dirige como guía las canciones con carcaza folk y exhuberancia pop que se perciben con encantadora precisión emotiva. No extraña, cuando escuchamos estas canciones producidas por su hermano Alejo (quien también la acompaña con la guitarra), que se nos remita directamente al vivo: las gesticulaciones, la expresividad, los diferentes matices y personajes que encarna la cantautora arriba del escenario (de una canción a otra; a veces de una estrofa a otra) repercuten en su voz: Lupe canta con todo el cuerpo y eso se registra en sus grabaciones con gran fidelidad.
Si bien de inmensas capacidades productivas, la posibilidad de grabación lo-fi parecen quedarse atrás lentamente. Cada artista necesita explotar el concepto de su obra a través de sonidos distintos y propios, aprovechando las posibilidades de distinguirse mediante la claridad del sonido. Las canciones de Ultramar eléctrico cobalto exploran posibilidades sonoras ampliadas, en un formato que, si bien ligero y austero, suena arrollador: sí, tan solo la voz, el bajo, la batería y las guitarras, mayormente acústicas. Mucho de eso reside en esa tranquila firmeza que proyecta la garganta de Lupe, con seguridad y elasticidad lúdica por igual. Bien plantadas en la guitarra acústica como ese oxígeno que apela al ritmo (pero también a la densidad que no se vale de artilugios), las canciones tienen un territorio firme en el cual hacer pie para explotar a su manera.
Hace ya algunos años que las canciones de Lupe están dando vueltas en escenarios diversos de la Ciudad de Buenos Aires. Inicialmente, se la podía ver tocando acompañada tan solo de una guitarra criolla. Progresivamente, fue consolidando un proyecto de banda, junto a Alejo y Alejandro Dawid (ex-Nakama y Ejercito de Salvación) en percusiones. Ya sea en el Palacio Beltrán de Coghlan, el Club Cultural Matienzo o, recientemente, en el ciclo Radar del Centro Cultural Recoleta, el sonido que presenta refleja con fidelidad sus canciones, expandiéndolas y pegoteándolas por los oídos quien escucha. Su primer EP, El azúcar de las olas, se publicó en 2015 y desde entonces la proyección de sus canciones se ha ampliado: la producción precisa, despojada y sintética del sonido en banda le sentó mejor. Ultramar eléctrico cobalto confirma, de a pequeños pasos no aptos para ansiosxs (su anterior lanzamiento también fue de ¡tan solo! 3 canciones) que Lupe Sendra juega y que a la vez va en serio; como para no tener el valor.
Lupe Sendra – Ultramar eléctrico cobalto
2016 – Independiente
01. Las olas
02. La bestia
03. Hablame un poco