Desde El Puerto de Santa Maria en Cadiz o desde los desiertos interminables de Exopotamia nos llega la voz en estado de madurez de una española que paso desapercibida con un primer trabajo llamado Working to Speak (2007) con un folk-rock alegre pero con algunos sentimientos crudos, nada endebles, ahora nos vuelve a iluminar (es un decir), con Some Monsters Die and Others Returns
donde se ve una evolución y a la vez un punto de vista de todos aquellos miedos reales que solemos convertir en nuestros monstruos personales. Era de esperarse, tal vez, que Marina hubiese pasado desapercibida, tras las sombras de voces y figuras como Anni b Sweet, Russian Red, entre otras folkie girls, lo suyo fueron elementos más oscuros, más cercanos y de una intromisión personal que a cualquiera podría asustar. Y a pesar de haberse colado en ese cuadro de chicas con guitarra en mano, busco la distancia y encontró en la experimentación un nuevo camino para resaltar o tratar de diferenciar que lo suyo es, indudablemente, un mundo aparte.
En este segundo trabajo, sigue en el sello catalán Foehn Records y vuelve a colaborar en producción el genial Paco Loco (quien ha trabajado con Dani Llamas, y aquí vemos que este hombre esta interesado en musicalizar matices grises). Y para comenzar de un modo abstracto escuchamos primero, A Beast in Me, una invitación hacia un trance folk para bailar con nuestra bestia interior. Le sigue Golden Ears, un rock oscuro con una percusión hipnótica y el sonido de un bajo emotivo por Nacho García, es muy cruda la sensación de la voz rasposa pero decidida de Marina contándonos/cantándonos acerca de su guerra interior. Un pequeño recordatorio de la vida (y la muerte) con un tono vocal apaciguante y una melodía al compás de una guitarra eléctrica lejana. Una franja acústica y delicada con Climbing the Wall quizás para relajarnos mientras llega más densidad con el fuego interior de Words que tiene de fondo el sonido de una viola tan frágil (a manos de Jasio Velasco) que se mimetiza con el tono grave de Marina. con Tired Man va subiendo poco a poco de animo y captando nuestra atención con ese órgano hipnótico hasta darle más alegría a esos monstruos casi infantiles en el caso de Smile y esos backing vocals de sirena. Un pequeño lullaby con Nora nos abre paso ante un blues electrizante como lo es New Worlds. Con Monsters, sentimos todos nuestros miedos juntos en esa melodía con una percusión que nos avisa que estamos perdidos. Hay 3 momentos instrumentales que nos llena de zozobra como el Interlude (The Pines), el cual es el intermezzo para poder asimilar las cortas melodías pero a la vez tan densas y para finalizar Trembling Bones con un djembe en manos de Marina y un drum brushes a cargo de Pepe Benitez. Y para mirar hacia el horizonte nos muestra Sea Song, esta última pura melancolía de guitarra acústica a manos de Marina.
Sin dudas Marina ha sabido darnos pequeñas muestras de su futuro como compositora, aquellas cortas oraciones dicen mucho, aquellas melodías minimalistas nos ofrecen demasiado en tan corto tiempo (ninguna canción supera los 3 minutos, y la mayoría son de alrededor de 1 minuto y medio). Cercana a Aroah en cuanto al folk, juega con el tono grave de su voz como PJ Harvey, se codea con la oscuridad de los sonidos como una Cat Power despabilada y es en aquellos guitarreos que vemos que su maestro podría haber sido John Fahey. Entre una herencia musical (indirecta) americana y a la vez propia, Marina nos regala 13 canciones en un disco de 24 minutos y en una atmósfera llena de monstruos propios y ajenos, dándonos a entender que nuestros miedos pueden ser nuestros peores enemigos pero en el caso de Marina, sus mejores aliados al musicalizarlos.
Marina Gallardo – Some Monsters Die and Others Returns (2010)
01. A beast in me
02. Golden Ears
03. The squawking Bird
04. Climbing The Walls
05. Words
06. Interlude (The Pines)
07. Tired Man
08. Smile
09. Nora
10. New Worlds
11. Monsters
12. Trembling Bones
13. Sea song