El título La danza de los principiantes evoca un riesgo, una torpeza y a la vez una pureza del acto en movimiento: un impulso que lleva a que el baile exista a pesar de y contra lo que sea. La música de Mi Amigo Invencible, que viene abriéndose paso desde el 2007, no es precisamente principiante pero sí mantiene esa pureza de danza, de “bailar mal” cuando se podría “bailar bien”. Ya desde La nostalgia soundsystem (2013, Fuego Amigo Discos), ellos denuncian la enfermedad de “creer en el discurso de lo correcto”. La danza que proponen es una falta de esa comodidad, de esa tranquilidad. Lo nuevo de MAI gana fuerza en el equilibrismo, en el trapecismo en que otras bandas se darían la cabeza contra el suelo.
Mucho menos inmediato que su antecesor, la danza que debemos bailar para estar a tono con esta música no es sencilla. Las letras, mucho más desarrolladas, se interconectan de manera diversa. Los motivos musicales melódicos y rítmicos toman fuerza generando unidad a lo largo de la obra.
Quizás el mayor mérito de La danza de los principiantes sea consolidar un estética de la canción, de producción y de lenguaje de la banda mendocina. En este sentido, si La nostalgia… formaba una continuidad con Relatos de un incendio a partir de una evolución fruto de refinar y pulir, La danza… genera la continuidad a partir de un viraje, de una mutación que sin embargo, no abandona del todo el camino marcado por su anterior obra. Y en este aspecto, genera una consolidación estilística potente, que posiciona a MAI en un lugar privilegiado entre las bandas emergentes de la escena argentina.
La composición de las canciones, cuyo corazón descansa en manos de Mariano Di Cesare, madura sin perder la frescura, mostrándonos otros paisajes y matices. Así, el tono de La danza…, de una fuerte connotación afectiva, es generalmente mucho más ominoso, oscuro en relación con su anterior producción.
Relatos de un incendio nos contaba -con una narrativa más inexperta- el fin de una etapa, la destrucción de una sensibilidad en ese incendio. Una sensibilidad humana, de la cual se hace eco posteriormente en el soundsystem mediante la nostalgia, mostrándonos los desechos de la civilización cediendo frente a las fuerzas de la naturaleza.
¿La danza de los principiantes será quizás, el intento de volver a esa sensibilidad luego de la pérdida?: probablemente, aunque es una vuelta que no ignora lo sucedido. “La máquina del tiempo” es la experiencia de quien debe volver a aprender algo que supo hace tiempo con la posibilidad de cometer los mismos errores; con torpeza, y riesgo, pero con un impulso primitivo donde reina la seguridad de alcanzar algo, aunque no sepamos bien qué.
Si hay marcas en el estilo musical -siendo la forma uno de los principales contenidos de MAI-, una es su capacidad para sonar profundamente modernos sin perder impulso primitivo, tribal, brotando en las canciones. Así, la hermandad de las guitarras de Voloschin y Di Cesare, plagada de efectos y detalles tímbricos convive plenamente con el tandem rítmico Martín/Quatrini/Gudiño, batería, bajo y percusión respectivamente, y con la capacidad de Di Cesare, Voloschin y Castro como cantantes, para generar una interpretación que eleva las canciones de lo subjetivo a lo colectivo, a lo grupal.
Las canciones no se nos muestran inasibles, pero quizás la virtud que más se debilita en este nuevo trabajo con respecto a trabajos anteriores -como en toda banda que va evolucionando sanamente- es su capacidad de ser directo y conciso. Saludablemente, los amigos invencibles se nos muestran impredecibles, con su estilo propio.
MAI genera identificación, pertenencia, porque funcionan con una verdadera sinergia; si bien podemos identificar muestras del talento individual de sus miembros -no hace más falta que escuchar Doméstico (2015, Fuego Amigo Discos) , el tremendo trabajo solista de Mariano Di Cesare-, estas canciones necesitan de ese abordaje grupal único que le da la fraternidad que conforman. Su fuerza se nos muestra en lo grupal, donde todos hacen lo justo y necesario para que las canciones se eleven, emocionen, hagan bailar o se hagan cantar. Tal vez, la mayor virtud de esta nueva producción de MAI es la hermandad de los danzantes, que prefieren siempre volver a sentirse principiantes juntos, para no aburrirse. Y a nosotros no nos queda más que disfrutar.
Mi Amigo Invencible – La Danza de los Principiantes
2015 – Fuego Amigo Discos
Sitio | Spotify | Bandcamp | Facebook | Twitter | Instagram
01. Cada vez
02. Máquina del tiempo
03. Edmundo Año Cero
04. La danza de los principantes
05. Noches de ciencia ficción
06. Gato negro pasa
07. Gato blanco atrincherado
08. Leningrado
09. Puentes rotos
10. Mateo
11. Entre los cuerpos