Una vez más, Run the Jewels presentó un nuevo disco en el momento justo. RTJ4 es el seguidor de Run the Jewels 3, publicado previo a la asunción presidencial de Donald Trump. Pero llamarle “justo” al momento no tiene que ver con un acto de justicia, sino más bien con uno de necesidad y urgencia. En todo el mundo, la comunidad negra se moviliza pidiendo por el juicio y castigo a los cuatro policías asesinos de George Floyd, y por una reforma profunda en el sistema político, policial y judicial. El nuevo trabajo de Killer Mike y El-P refleja los sentimientos de un momento histórico en los que predomina la ira, la angustia y las ansias de revolución.
A no confundirse: estas movilizaciones –que por impacto y fuerza recuerdan a las legendarias marchas a Washington y de Selma a Montgomery de la década de 1960– no solo se tratan de George Floyd. Lamentablemente, no existen hechos aislados en la historiografía afroamericana. En la realidad cotidiana de la comunidad se sufre una dolorosa continuidad de más de un siglo en la que la segregación, la opresión y la persecución por parte de la llamada White America son la ley y el orden. RTJ4 es la banda sonora perfecta para un momento que se repite en un tenebroso loop desde los comienzos de la esclavitud hasta hoy, y la lucha está lejos de terminar.
Desde la primera canción del disco, “Yankee and The Brave (Ep. 4)”, Killer Mike y El-P atacan sin piedad: “I got one round left, a hunnid cops outside/I could shoot at them or put one between my eyes”. Montados sobre una base lisérgica y pesada que toma elementos de la EDM, el big beat y el trip hop, el dúo desnuda una realidad que deberíamos haber reconocido hace tiempo: la eterna falsa guerra contra las drogas, la discriminación, opresión y represión sufrida por los habitantes de los ghettos desde hace más de 50 años, la ascendente brutalidad policíaca, la falta de oportunidades reales en un mundo teñido de blanco, y la dicotomía entre el terror sufrido y la rebelión por venir.
Run the Jewels son herederos del sonido, las ideas y los métodos de Public Enemy y N.W.A., pero es interesante ver cómo han logrado crear un estilo y ejecución propios. La cadenciosa “Ooh La La” rinde homenaje a los inicios del género y avanza por etapas hasta llegar a un sonido futurista que fusiona la intensidad artesanal del scratch y la potencia secuencial del sintetizador. Este concepto vuelve a aparecer en “Out Of Sight” (acompañada por unos versos infalibles de 2 Chainz), en donde los beats más pesados y las rimas más agresivas de finales de los 80 se entrecruzan con un pegadizo ritmo que huele a rock alternativo y nü-metal.
La conexión entre el sonido soundsytem y el hip hop originario no es ninguna novedad, por lo que se puede decir que “Holy Calamafuck” es un grito desesperado que pone un pie en Jamaica y otro en Atlanta. Mientras Killer Mike y El-P se sacan fuego alternando velocidad y frecuencia en sus rimas, el dancehall y el dub se hacen presentes para crear una atmósfera que se debate entre la euforia de una fiesta subterránea y la tensa tranquilidad de una salida nocturna con un final incierto. En “Goones vs. E.T.”, Run The Jewels despotrica contra la digitalización y massmediatización de las sociedades (“Ain’t no revolution is televised and digitized/You’ve been hypnotized and twitter-ized by silly guys/Cues to the evenin’ news, make sure you ill-advised/Got you celebratin’ the generators of genocide”) así como contra el regreso de todo lo negativo –si es que alguna vez tuvo algo positivo– que acarrea un término ideológico tan nefasto como el de “globalización”.
El disco mantiene un pulso elevado y con la sangre hirviendo a un sistema estructuralmente racista, a la complacencia asesina de todos los políticos que lo impulsan, al accionar cómplice de medios masivos, y al muy vigente y nunca extinto supremacismo blanco. “Walking In The Snow” es un cuadro trágico, doloroso y sangrante de una realidad que es mucho más que asfixiante. La desgarradora referencia (“I can’t breathe”) a los asesinatos racistas por parte de la policía de Eric Garner, Anton Black, Javier Ambler, Derrick Scott, Manuel Ellis, y George Floyd, es un verdadero llamado a la revolución.
Con la presencia de dos invitados de lujo –y paradójicamente dos referentes muy diferentes entre sí como son Pharrell Williams y Zack De La Rocha– “JU$T” funciona como una descripción de lo que verdaderamente se trata el ser negro en los Estados Unidos: esclavitud (no tan) camuflada, predestinación digitada según el color de piel, y un escalofriante panorama en el que todo parece retrotraerse al siglo XX. Como un eco maldito, la melodía vertiginosa y nostálgica de “Never Look Back” impulsa esta idea e instala una atmósfera tenebrosa y brumosa, en la que los dos protagonistas elevan la vara en su intercambio y tocan a fondo una temática tan complicada como el crecimiento en la soledad de las calles.
Le sigue el radicalismo pantera de “The Ground Below”, tan necesario como impactante, en la que el dúo presenta un relato verídico dominado por el odio al distinto (“Every child, woman and man/Opinion don’t matter stick to your plan/If they judge, still don’t budge/Don’t give a inch don’t give a nudge/Life a bitch, leave you battered and bent”) y en el que la tragedia inevitable una vez más se encuentra en el centro de la sufrida existencia y aguerrida resistencia de la comunidad afroamericana.
Mientras el reloj se acerca a la medianoche, aparece “Pulling The Pin”, pieza que cuenta con la colaboración de Marvis Staples y Josh Homme, y que deja muy en claro que las ideas jamás pueden ser encerradas ni asesinadas. Y si aquí lo que se plantea es la idea de escapar de las cajas de cemento en las que los grupos de poder nos entierran aún antes de nacer, la emocionante “A Few Words From The Firing Squad (Radiation)” es una de las creaciones más honestas, crudas y revolucionarias del hip hop moderno. El aspecto vivencial es una de las claves de la rama más combativa y social de este género musical, pero la descripción que Killer Mike hace de su experiencia como hijo de la Norteamérica real –no de la pantomima que se deja ver en las fotos de la Gran Manzana y de los malls de Miami– es tan avasallante y orgullosa como preocupante, y necesaria de una muy urgente atención: “Black child in America, the fact that I made it’s magic/Black and beautiful, the world broke my momma heart, and she died an addict”.
Creado al calor de las protestas masivas por el asesinato a sangre fría de George Floyd, RTJ4 es uno de los mejores discos de un 2020 marcado por el miedo, el fuego y la tragedia. Su atemporalidad es tan sincera como dolorosa, y sus canciones son una poderosa denuncia contra injusticias que tienen muy larga data y que solo empeoran con el paso del tiempo. A la par de un trabajo musicalmente impecable, vuelve a emerger el emocionante rol de Killer Mike: demostrando que se puede ser vocero de una comunidad sin caer en el cliché, eligió hacerle frente al terror y, al mismo tiempo, hablarle a los suyos con el corazón en la mano. Mientras muchos referentes de papel y de cartón muestran la hilacha y se esconden en sus ampulosas mansiones, uno de los hijos más genuinos de la black mecca honró su conexión con la segunda generación histórica del hip hop y, junto a su mejor socio y compañero, decidió saltarle a la yugular de un sistema decrépito basado en el racismo, la desigualdad y el privilegio blanco.
Run the Jewels – RTJ4
2020 – Jewel Runners / BMG
01. Yankee and the Brave (Ep. 4)
02. Ooh LA LA
03. Out of Site
04. Holy Calamafuck
05. Goonies vs. E.T.
06. Walking in the Snow
07. JU$T
08. Never Look Back
09. The Ground Below
10. Pulling the Pin
11. A Few Words for the Firing Squad (Radiation)