No hace mucho estaba escuchando Our House on the Hill, y pensé: “Mi disco favorito del 2013 es del 2012”. Cosas. La vorágine de discos para descargar imparte su presión, hay que hacer los deberes y escuchar los discos que hay que escuchar (por ejemplo el nuevo de Franz Ferdinand, escuchado una vez ya es motivo suficiente para trasladarlo a la Papelera – a veces no doy segundas oportunidades).
Our House on the Hill lo escuché en su lanzamiento pero tardé en digerirlo, pero no sé por qué, pues es un disco totalmente accesible y, para sorpresa, ampliamente superior a la primera entrega homónima del 2011 (también suelo ser bastante determinante con los debuts). En aquél entonces era fuerte para mí que una banda liderada por un Woods (Kevin Morby) y una Vivian Girls (Cassie Ramone) editara un disco y por eso mis expectativas eran muy altas (otra vez el problema de las expectativas): culpa de eso no fueron satisfechas. Entonces, al segundo disco lo veía con desgano… pero qué bien que queda con este invierno primaveral que tenemos.
En aquél debut todavía era difícil despegar la imagen (y ni hablar del sonido) de Vivian Girls y Woods: mucho fuzz, mucho lo-fi. En Our House on the Hill (editado por la casa disquera Woodsist) logran un sonido más orgánico; no nuevo pero sí con una nueva identidad para ellos como banda. Un poquito de blues, un poquito de folk pero siempre desde el garage, con la dosis justa de lo-fi y con un sentido poético en sus letras, a medio camino entre lo crudo y lo feliz. Canciones cortas, sin ambientes densos, hacen de este un disco de rock absolutamente disfrutable.
Doce canciones producidas por Rob Barbato y que se terminan en 35 minutos dan cuenta de ello: cuando te querés dar cuenta, terminó. Abre “Alligator” y uno inmediatamente se transporta a la casa en las montañas que plantean desde el título (pero no una casa en las montañas nevadas como Bon Iver, esta es una casa feliz, llena de rock, alcohol y resaca – posiblemente esta es la única vez que leas las palabras “resaca” y “feliz” en la misma oración). “Mess Me Around“, tercera en el disco, supone ser el hit y tiene con qué. La que promedia el recorrido es “Mean” y es la pausa necesaria después de una primera parte casi totalmente arriba. Lo mejorcito del álbum se encuentra en el tramo final: “That Boy” fue mi hit personal de fin de verano, en “Chase it to the Grave” recurren nuevamente al tema de la muerte (de fuerte presencia en ambos discos) y con “Wandering” se despiden.
Entre los sonidos y las letras de Our House on the Hill, podemos decir finalmente que The Babies tiene sentimientos y sonidos propios. Y eso hace a un buen segundo disco, no importa cuándo lo escuches.
The Babies – Our House on the Hill
2012 – Woodsist
01. Alligator
02. Slow Walkin
03. Mess Me Around
04. Get Lost
05. Baby
06. Mean
07. On My Team
08. Moonlight Mile
09. See the Country
10. That Boy
11. Chase it to the Grave
12. Wandering