Debemos reconocer que no siempre el arte de tapa de los discos reflejan su contenido, no siempre música y portada funcionan como una unidad. Este no es el caso del nuevo disco de The Horrors que ve la luz luego de tres largos años de oscuridad, en el cual la música es como una gran bola de látex deforme con marcas impresas pero no del todo definidas.
Un poco trash, un poco electrónico, un poco caótico y otro poco más ordenado por momentos, a veces un poco soft rock y otras un sonido de rock garaje violento, que dice lo que quiere sin vueltas.
Pero la clave obviamente está en ordenar todo ese caos, en darle un sentido y un propósito a cada porción de sonido para que todo quede articulado y esa atmósfera no quede en la nada, o se reduzca solo a un “arte de tapa”.
La banda inglesa carga con cinco discos en sus espaldas y V parece ser el más consistente, con capas de sonidos que se superponen, funden y aplastan.
El disco abre con “Hologram“, una de las canciones más poderosas que escucharemos a lo largo de estos casi 55 minutos, uno de los puntos más altos y la puerta de entrada a este mundo difuso, sin límites precisos y deforme, siempre acompañado por unas voces hipnóticas y casi monocordes que circulan en ese laberinto sonoro repleto de beats deformes, ruidosos, que se distorsionan y que cambian de intensidad, para contrastar con esa voz.
Avanzando un poco más, esta masa rosada y multiforme va creciendo, y poniéndose densa, como por ejemplo en “Machine“, canción con un estribillo más pegadizo y con una introducción que parece estar salida de un disco de Neon Indian, pero que mantiene ese espíritu de desenfado e intensidad, muy ruidosa.
En “Ghost“, esta masa deforme se retrae (por ejemplo al inicio y al final del tema) y en otros explota completamente. Unas caras de horror se le asoman como huellas, con un sonido más tétrico y guitarras rasgadas, una voz más intensa y despareja, que quizás nos haga acordar a una canción de Ty Segall.
Esta estructura rosa y pegajosa en algunos instantes se derrite, se pone viscosa y comienza a transitar un paraje desierto, como por ejemplo en “Weighed Down“, en la cual unos beats parecen ecos lejanos o más bien latidos de esta estructura.
Una melodía mucho más dócil y convencional, lenta pero con su buena dosis de psicodelia concentrada en pequeños instantes.
El disco cierra con “Something to Remember Me By“, la canción quizá mas convencional y movida del disco, con aires pop más parecidos a Cut Copy que a The Horrors. La masa multiforme vuelve a su lugar y las caras que se le imprimían quedan detenidas en el tiempo, congeladas hasta que volvamos a escuchar nuevamente este disco y todo vuelva a moverse.
The Horrors – V
2017 – Caroline / Wolf Tone
01. Hologram
02. Press Enter to Exit
03. Machine
04. Ghost
05. Two Way Mirror
06. Weighed Down
07. World Below
08. Gathering
09. It’s a Good Life
10. Something to Remember Me By