No cuesta pensar que en un mundo donde las cosas funcionan de la manera en la que están presupuestas, por no decir, determinadas, el devenir del tiempo conlleva evolución. Pero evolución indefectiblemente remite a algo inacabado, carente, desmejorado. Por eso no creo que al remitirnos a Wye Oak, evolución sea la palabra adecuada. Ninguno de sus, ya cuatro, muy distintos discos dejó en algún momento la sensación de ser algo inconcluso, “mejorable”.
Quizás sólo con aquel debut de 2007, pero sólo porque está supuesto, como todos, a ser una “presentación”, como quien dice, una “degustación” de lo que un nuevo grupo de individuos cree es menester acercar a nuestros oídos. Y, sin embargo, If Children es un disco bastante cohesivo, sólido e intrigante. En su rol de “aperitivo” nos ha dejado suficientemente saciados.
A pesar de su cercanía temporal, The Knot ya marcaba una ruptura. Era mucho más agresivo que aquella humilde compilación de canciones folk fácilmente atesorables en el corazón que caracterizaba a su predecesor. La distorsión juega un papel clave en cercenar toda concepción “naif” acerca del duo: Jenn Wasner- Andy Stack. The Knot era asertivo, punzante y cuando tenía que serlo, conmovedor y emocionante.
Todo llega a una supuesta epítome con el justamente aclamado Civilian, que en algún punto nuclea los mejores componentes de los dos primeros en una ambiciosa y delicada obra que exclama pulcritud.
Así, hablar de evolución me parece imperfecto, porque cada disco de Wye Oak fue completo y holístico en sí mismo. Quizás sería más acertado entonces hablar de reinvención y cerrar la idea diciendo: Wye Oak se reinventa en cada disco.
Lo que para algunos podría ser catalogado en inconsistencia, es para ellos su principal virtud, porque en cada nueva búsqueda, el resultado es impecable, y Shriek no es excepción a la regla, sino afianzamiento.
El cambio es rotundo e inmediatamente perceptible. No es ninguna adivinanza que Wasner ha encontrado un nuevo aliado en el bajo, y esto se refleja en un nuevo proceso compositivo.
Las primeras cuatro canciones de Shriek son contundentes. Es sublime la manera en la que “Before” abre el disco (utilicemos su título para enfatizar esa ruptura con todo lo anterior). “Shriek” es hermosa en todo sentido, “The Tower” es el lugar donde todos los nuevos componentes del sonido de Wye Oak encuentran su afirmación, y “Glory” es la recompensa atrás de ese receptáculo de insaciable ambición que caracteriza al dúo.
Perdón, dije las cuatro primeras, y de hecho no puedo encontrar algo que separe “Sick Talk” de esa fuerza que designé en sus predecesoras.
Ahora sí, digamos que con “School of Eyes” necesariamente se baja un poco la intensidad, lo que no implica que el verso no sea altamente enternecedor. “Despicable Animal”, sigue en la misma sintonía, y “Paradise” es mi canción menos favorita del disco.
“I Know The Law” era el momento conmovedor que habíamos comenzado a añorar. Con una sensibilidad propia, nos induce a relajar nuestros oídos y alertar nuestras emociones. Por último, “The Logic of Color” es el final perfecto, delicado, simple y apacible, deja un sesgo de optimismo que nos permite seguir siendo felices más allá de que estemos transitando los últimos segundos del disco.
Shriek, así como todo lo que hace Wye Oak es reinvención. Un renacer de una banda que parecía ya haber encontrado el pico de su sonido y se anima a desafiarlo. Para todos aquellos que deseen constancia en la vida, simplemente consideren que Wye Oak es consistente al explotar la virtud de encontrar solidez en su eclecticismo. El resto es sólo disfrutar de buenas canciones.
Wye Oak – Shriek
2014 – Merge Records
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01. Before
02. Shriek
03. The Tower
04. Glory
05. Sick Talk
06. Schools Of Eyes
07. Despicable Animal
08. Paradise
09. I Know The Law
10. Logic Of Color