Son pocos los músicos que pueden ostentar el título de ser verdaderas estrellas de rock. Uno de ellos, sin duda alguna, es Keith Richards, que junto a los Rolling Stones se elevó a la figura de leyenda con toda su virtuosidad, misticismo y talento para crear canciones memorables. Sin embargo, eso nunca le impidió elogiar el trabajo de colegas o artistas que admiraba, por ejemplo Gram Parsons.
Mientras Richards comenzaba a incursionar en la música country, Parsons estaba dando sus primeros pasos junto a The Byrds con el álbum Sweetheart of the Rodeo. Aunque su tiempo en la banda fue breve, con su proyecto siguiente, The Flying Burrito Brothers, logró entablar una amistad con Richards.
“Una cuestión de amor perdido”
El guitarrista de los Stones admiraba la forma en que Parsons se las ingeniaba para componer sus canciones. “Gram trabajaba de la misma manera que yo, que es sacar un par de acordes, comenzar a hablar y ver hasta dónde puede llegar, en lugar de sentarse con un pedazo de papel y un bolígrafo“, dijo Richards una vez a la revista Rolling Stone.
Después de que su proyecto inicial no funcionara, Parsons emprendió una breve carrera solista antes de fallecer en septiembre de 1973 a causa de un cóctel mortal de morfina y tequila. “Creo que estaba empezando a encontrar su ritmo cuando murió. En cierto sentido, es una cuestión de amor perdido. Gram era todo lo que querías en un cantante y compositor. Era divertido estar cerca de él, genial tocar con él como músico“, dijo Richards para recordar a su difunto amigo, del cual nunca pudo despedirse en persona.