La historia de los Rolling Stones es tan atrapante como llamativa. A principios de los 60, Mick Jagger y Keith Richards se conocieron en la plataforma 2 de la estación de tren de Dartford y desde entonces entablaron una relación marcada por el fanatismo y apreciación al blues estadounidense. En pocos años formaron la banda junto a Brian Jones, Charlie Watts y Bill Wyman. La historia del rock cambió para siempre.
Como recuerda Far Out Magazine, si bien al principio era Jones quien se encargaba del repertorio de la banda y de las composiciones, con el tiempo, Jagger y Richards se afianzaron como autores y empezaron a dar rienda suelta a su perfil más creativo. De esta manera, y para el año 1965, el dúo ya había compuesto éxitos de la talla de “(I Can’t Get No) Satisfaction”, “The Last Time” y “Get Off of My Cloud”.
En 1969, Brian falleció y los Stones entraron en una nueva fase, más popular, hitera y aclamada por la crítica, ya con Mick Taylor suplantando a Jones y acompañando a Richards en las guitarras. Con los Beatles separados y fuera del juego, haciendo cada uno su propia carrera solista, los Rolling publicaron dos de sus discos más trascendentales: Sticky Fingers en 1971 y Exile on Main St. en 1972.
Una canción compuesta por Richards
El primero de esos dos, al día de hoy, es considerado por muchas personas como el mejor disco de los Stones. Si bien cuenta con clásicos como “Brown Sugar” o “Can’t You Hear Me Knocking”, hay una canción que sobresale por su particularidad y diferencia con el resto: “Wild Horses“.
La canción, que fue publicada junto a “Sway” como el segundo single del álbum, se terminó coronando como uno de los lentos más queridos y éxitosos de los Stones junto con otros como “Angie“. Instrumentalmente, fue compuesta por Richards casi por completo; también aportó la línea principal “Wild horses couldn’t drag me away”.
Según menciona el citado medio, en su autobiografía titulada Life publicada en 2010, Richards se refirió al proceso de composición de este tema confesando que “prácticamente se escribió sola”. “Encontré estos acordes, especialmente cuando lo hice en una guitarra de doce cuerdas al principio, lo que le dio a la canción este carácter y sonido. Hay una cierta melancolía que puede surgir de una guitarra de doce cuerdas”, concluyó.
Escuchá “Wild Horses” a continuación.