El 2017 encuentra a los Mi Amigo Invencible en una vorágine de celebraciones, finales y comienzos revolucionarios para la banda. El martes 1 de agosto sale el sencillo “Nuestra Noche“, un umbral al que se lanzan para dar cierre a una etapa musical que los alzó hasta el sábado 5 de agosto, donde van a festejar sus 10 años en una fecha histórica en Niceto Club.
Y el vértice que une a la música con el tiempo es un relato que llega a su fin antes de la salida de su octavo disco, ese que fueron a grabar al medio del campo, sin señal de teléfono, bajo el comando artístico de Shaman Herrera. Pero de lo que salió en esas sesiones de grabación no se trata esta entrevista. Entre los tesoros de la Librería REF, en Palermo, Mariano Castro y Mariano di Césare hablan del sencillo que van a lanzar en estos días y del proceso de oscuridad/creación que están atravesando.
¿Cómo se llama el sencillo?
MC: “La pausa y el entusiasmo” o “La calma y el entusiasmo“, estamos entre esos dos nombres.
MdC: Resulta que durante un año y medio fue “la pausa“, pero un día dije “la calma” por error y quedó. (NdE: Al final se llamó “Nuestra Noche“).
Lanzan un EP pero también acaban de grabar un disco. ¿Con qué se encontraron en el estudio?
MC: Pasaron muchas cosas imprevistas, había mucha música macerándose. Mi sensación es que el disco estaba ahí y la canción también, todo muy verde, hasta que salió todo junto.
MdC: El disco lo venimos laburando con Shaman [Herrera] hace dos años, escuchando música sin hablar de las canciones en sí. Hubo un momento en el que todos nos sentíamos un poco en crisis porque hacía dos años, por primera vez en nuestra historia, que no estábamos grabando. El EP fueron las ganas de experimentar sin la presión de un disco. Justo mi hermano había inaugurado su estudio Las Gracias y vimos chances de aprovechar ese momento, grabar, sacarnos las ganas, y llegar al disco más tranquilos. El sencillo lo grabamos a finales de marzo.
MC: Necesitábamos darnos una respuesta de porqué no estábamos grabando nada.
¿Qué respuestas encontraron en la música a esa pregunta?
MdC: Conceptualmente esta canción tiene que ver con un cierre de la etapa anterior, de la trilogía de discos Relatos de un Incendio (2011), La Nostalgia Soundsystem (2013) y La Danza de los Principiantes (2015).
MC: El sencillo se acomoda simbólicamente a un montón de cosas, es un cierre de mucho y el comienzo de otras cosas. Hacía mucho que no grabábamos y esto es lo nuevo, ahí se despejaron muchas de las tensiones que teníamos. Es un aperitivo que nos permitió grabar con Shaman después. Hay mucho de entusiasmo en el disco y esto lo permitió.
MdC: Nos interesa la pausa, el cierre, para poder dar el salto al vacío.
¿Qué pasó para que se metieran a grabar tanto de golpe?
MC: Lo que nos pasó es que estábamos tocando medio de memoria, algo que nunca habíamos sentido. Fue una sensación física que tuvimos todos.
MdC: Fue una noche concreta, un recital increíble con mucha más gente de la habitual que ni eso pudo con una situación que hubo de estar en automático. Fue algo que sentimos nosotros y el público también, nos escribieron algunas personas después para decirnos que nos vieron tristes. Eso desató algunas charlas entre nosotros. Son 10 años de tocar juntos, hubo que renovar las partes del amor.
MC: Nosotros somos amigos y de golpe llegar a ese nivel de profesionalismo que nos pasó por la vorágine de tocar y tocar, es agotador. Y la solución es la música, grabar.
Con el último disco hubo una exposición muy grande para ustedes, además.
MdC: Para nosotros fue gradual el crecimiento, la gente va muy de a poco acercándose a vernos. Tocamos hace diez años juntos, y tocamos mucho en este tiempo.
MC: Hasta hace dos o tres años atrás no sentíamos que teníamos que defender un disco como sí nos pasó con La Danza de los Principiantes. Antes podíamos tocar todas las noches haciendo listas sin repetir canciones, y de golpe tuvimos que tocar un mismo disco y fue automatizándose. En ese caso Mendoza es medio como criptón, a veces nos fortalece y otras veces es un espejo donde volvés a mirarte y ves todos tus cambios. En esa fecha donde nos pasó eso, que fue en Mendoza, fue la gente que nos conoce desde siempre la que nos preguntó qué nos pasaba.
¿Y cómo salieron de esa quietud para hacer un disco?
MdC: Shaman nos dijo que él tenía la idea de grabar nuestro sonido en vivo, donde todos estamos al mismo nivel. La diferencia entre el disco y el sencillo es que éste último lo grabamos en un estudio, en el medio de la vorágine de la ciudad que nos estaba comiendo. Del estrés de tener que atravesar todo Buenos Aires para ir a ensayar los martes y no poder estar alegres con nuestras propias canciones, eso es muy triste. Se nota que estábamos apurados con el tiempo. En el sencillo hay algo de experimentación técnica como en nuestros discos, pero también hay esto de que tenemos tantas horas para grabar, tantas para ensayar. Entonces decidimos darnos un poco de cariño a nosotros mismos y nos fuimos al campo unos días a grabar. Y lo que encontramos es que el sonido fue algo más en comunidad.
MC: Nuestros discos siempre fueron muy de estudio con experimentación sonora, tiene algo de laboratorio y el sencillo lo tiene a eso, es prolijo. El disco fue otra cosa, fue todos intentando decir algo y al final alguien lo dijo, y fue el baterista, Arturo, que tomó las riendas del sonido.
Cuando se vinieron desde Mendoza, Mi Amigo Invencible era una banda que experimentaba con estilos eclécticos. Desde afuera no parecía que nada de lo que hoy ocurre con la escena mendocina fuera posible. Y ahora, diez años después del nacimiento de la banda, los seis músicos se van a subir al escenario de Niceto Club junto a Las Ligas Menores y Las Cosas que Pasan para hacer un repaso de sus discos y tocar “Nuestra Noche” por primera vez.
En la trilogía ocurre una narración sobre la soledad del hombre, ¿qué pasa ahora?
MdC: Esa persona que narra es la que ahora se está despidiendo en el sencillo.
MC: Es todo muy abstracto, pero para nosotros significa mucho. Le dimos vida a este personaje. En La Nostalgia Soundsystem todo se había venido abajo y sólo quedaba él en la naturaleza. Una vez, en Córdoba, hablando con Mariano nos dimos cuenta que no se venía la nueva era, que era un chabón que no se dio cuenta que estaba todo mal y que se quedó ahí cantando, solo. Ahora a ese chabón lo estamos despidiendo y está pasando a otro universo.
MdC: No queríamos seguir con esa misma historia después de tres discos. Queríamos hacerle un gesto, darle un cierre.
¿Qué hay del otro lado del umbral?
MdC: Y no sabemos qué hay, es totalmente nuevo. Nosotros tocamos hace 10 años, nos conocemos mucho. Irnos al campo sin señal de teléfono, poder ensayar y probar cosas a cualquier hora, teníamos tiempo para dedicarle a cada canción. Ahí nos dimos cuenta que tenemos una química increíble.
MC: Este EP sería la calma y el disco es el entusiasmo. El 2016 fue demasiado estresante para todos, hubo cambios personales muy grandes. En ese momento cuando está terminando algo que no sabés si va a venir algo nuevo o si nos va a comer el estrés, salió esto: un sencillo y un disco.