Esta es la historia de una casa que vio crecer a un grupo de hermanos. Un Beccar lejano fue el marco perfecto para que estos chicos hoy se hagan llamar Bándalos Chinos. Cada presentación de la “chinada” es un homenaje a un pasado marcado por un amor en común que jamás pretenden olvidar: la música.
Luego de varios intentos para concretar la comunicación vía Skype, hablamos con Goyo Degano, cantante de Bándalos Chinos. Vienen de debutar en el mainstage del Lollapalooza y se presentarán el próximo viernes 7 de abril en la nueva edición del ciclo cordobés La Celebración.
Muchas bandas sueñan con tocar en escenarios como el del Lollapalooza. ¿ Cómo fue la experiencia de debutar en uno de los festivales más importantes que se realiza en Argentina?
En primera instancia, recibir la convocatoria para tocar en el festival hace seis meses fue una locura. Se festejó como salir campeón del mundial. Fue una sorpresa muy grata. Lo sentimos como un reconocimiento al laburo que venimos haciendo desde el 2009. En este mundo resultadista, que llegue la convocatoria te renueva la energía para seguir laburando y para confiar que quizás lo que estás haciendo va por el camino correcto. Concretamente, la experiencia de tocar en el festival, nuevamente haciendo una analogía con el fútbol, fue como jugar la Champions. De pronto te olvidás que hay equipos sonando. Solo te ocupás de tocar y sentir algo arriba del escenario para comunicarlo y transmitirlo. Entre nosotros se generó una conexión y una dinamita que nunca nos había sucedido. Creo que nunca habíamos tocado frente a tanta gente. Hubo un disfrute zarpado.
¿Cómo vivieron el lapso de tiempo desde que recibieron la convocatoria hasta el día de la fecha del festival ?
Cuando nos invitaron al festival, pensamos: “Nos llamaron por lo que venimos haciendo hasta ahora. No perdamos el foco y hagamos lo mismo que venimos haciendo hasta ahora”. Todo el tiempo entre nosotros era una cuestión de ir bajando la ansiedad sabiendo que teníamos otras fechas antes de marzo. Ya estando a dos meses del Lolla la energía la pusimos ahí al 100%. Nosotros habíamos asistido a todas las ediciones del festival, en donde pudimos conocer a muchas bandas cordobesas que no habíamos visto nunca. Fue difícil, pero hubo un laburo grupal para ir bajando la energía sabiendo que esta era una fecha más. Sabemos que este es el comienzo.
Creo que esto demuestra un poco el estado en el que se encuentran no solo Bándalos Chinos sino muchas otras bandas también. El circuito independiente está preparado para tocar en escenarios de estas magnitudes.
Totalmente. Nosotros intentamos llevar con muchas ganas y mucho énfasis la bandera de la independencia. Demuestra que no todo se resume en los músicos que están en el escenario sino en todo un equipo que hay detrás de una banda. Cada vez se hace más necesario que exista esa estructura que muchos no la ven. Es importante reivindicar el laburo de las bandas independientes y dejar en claro que estamos preparados para esto.
Siguiendo en el mundo de los festivales, ¿cómo fue la vivencia de tocar en el mítico Cosquín Rock ?
Eso fue superlativo para nosotros. Creo que solamente el lobo (bajista de Bándalos Chinos) había asistido a una de las ediciones del festival. El resto de nosotros no habíamos ido nunca. Fue muy groso. Desde el paisaje hasta los escenarios y la variedad de bandas que tocaban. Para nosotros, fue como una experiencia religiosa te diría. Haber recibido la convocatoria fue muy sorprendente y haberla compartido con tantas bandas amigas también lo fue. Creo que también fue un espacio en donde se dio de nuevo lo de esta nueva generación.
Siempre en sus fechas en Córdoba se genera algo muy particular con el publico que los va a ver. ¿Cómo sienten el feedback con los cordobeses?
Lo que nos pasa con los cordobeses es algo que no podemos creer. Nosotros fuimos por primera vez a principios del año pasado y después terminamos yendo como cuatro veces. A nosotros nos parecía una escena increíble. Es nuestra primera experiencia fuera de Buenos Aires. A veces cuesta salir de la Capital, a la que cuesta llegar también.
Después de haber visitado la ciudad en varias oportunidades: ¿generaron algún vinculo con bandas de Córdoba ?
Totalmente, y de una manera muy orgánica y natural. Me acuerdo de una charla que tuvimos con el Berni (Telescopios) en donde nos decíamos: “¡Loco, deberíamos ser amigos hace diez años!”. Creo que eso habla de una generación que esta en una misma sintonía. De repente se van dando estos lazos de una forma muy natural. Se va dando por una admiración de lo que hace el otro.
¿Cómo encaran la producción artística de un disco ?
Cada disco es una experiencia distinta. El primer disco fue como un aprendizaje. Ya Nunca Estuve Acá (segundo EP de Bándalos Chinos) fue una búsqueda muchos mas consciente, buscando una sonoridad particular. Artísticamente producimos todo nosotros. Iñaki y Chapi (integrantes de Bándalos Chinos) son la cabeza de la producción. Se fusiona una parte intuitiva y una más académica generándose una producción muy autentica. En En el Aire (último EP de Bándalos Chinos), la producción la encaramos ya con las ideas desarrolladas en el estudio y otras que se terminaron de concretar ahí. Para el próximo disco, que ya tenemos ganas de ir encarándolo, nos gustaría trabajar con una persona externa que pueda sumar subjetividad y objetividad a la vez. Siempre estamos en una búsqueda constante mirando hacia adelante.
Todos sus trabajos tienen de por sí una identidad propia. Sin embargo, cuando escuché por primera vez En el Aire, percibí un producto final súper consolidado, con una personalidad muy fuerte.
Sí, la verdad que con nuestro ultimo disco quisimos intentar ir un poco mas allá respecto a la conceptualidad que puede llegar a tener un disco. Hubo una búsqueda de curar algunas cosas respecto a que queríamos contar y cómo queríamos hacerlo. La idea era que la parte estética a nivel audio se comunique con la estética visual del disco. En ese sentido la participación de Tomas Terzano también tuvo que ver con el producto final. Es volver a lo que decíamos antes, lo importante que es el equipo que está detrás de una banda. Siempre consideramos importante trabajar con gente que nos conozca. Tomás arrancó a laburar con nosotros desde los comienzos. Pamela Ramaglia (quien se encarga del estilismo de la banda) también. En el resultado final todo eso se refleja. Todo se comunica con todo.
En el Aire me hizo pensar en Alex Anwandter y Phoenix. ¿Se sienten influenciados por la música que escuchan día a día?
Eso nos pasa mucho y creo que a un nivel inconsciente. Las referencias vienen una vez que entramos en el proceso de mezcla y mastering ya habiendo hecho las canciones. En la parte compositiva y creativa sí o sí estamos influenciados por lo que venimos escuchando. Hubo un momento de nuestra vida en donde vivimos en una casa durante 4 años en donde nos juntábamos a escuchar música y nos colocaba a todos en una misma sintonía. Ahora cada uno vive por su lado pero seguimos manteniendo la costumbre de intercambiar música.
¿En donde estaba esa casa en la que vivieron juntos?
Esa casa quedaba en Beccar. Era muy cerca de nuestra sala original. A los ensayos los filmábamos con un celular y después volvíamos y los escuchábamos. Se generaba una dinámica de compartir y de ir aprendiendo entre nosotros de una manera muy linda
Quizás es una coincidencia que yo mismo genere, quizás no. En su disco nuevo hay una canción que se llama Beccar que comienza con el titulo del álbum. ¿ Cuánto hay de aquel pasado en donde se compartía la rutina, los ensayos, el escuchar música, en En el Aire?
Yo creo que hay mucho. De hecho en un momento estuvo la idea de ponerle Beccar al disco queriendo reflejar esa hermandad de antaño que teníamos entre nosotros. Nosotros valoramos mucho el hecho de ser amigos desde tan chicos y el hecho de que hayan dos pares de hermanos en el grupo. Al final, todos nos terminamos sintiendo hermanos de todos. Es algo que nosotros queremos mantener vivo todo el tiempo. Minutos antes de subir al escenario del Lolla nos dijimos: “Nosotros hacemos esto para divertirnos y porque lo amamos”.